You deserve to know {Lyuva}

Había esperado un tiempo para contarle a Lyuva acerca de lo que le había ocurrido a su hermana, pero ya no podía ignorarlo más. Ella merecía saberlo, además que es necesario que lo sepa, por su seguridad. Si decide acercarse a Mía debe saber a qué atenerse. Y puede que sea útil que la vea; Mía no se mostró muy segura de volver al hotel, y dudo que yo sea una razón suficiente para que se quede. Pero su hermana es un caso diferente, han estado juntas toda su vida, y si alguien puede ayudarme a convencerla es ella.

Camino por los pasillos del segundo piso, en dirección a la habitación de Lyuva. La he estado buscando por todo el hotel sin resultado, y este es el único lugar que me falta. Toco la puerta con los nudillos, no muy fuerte para no molestar al resto de los huéspedes. -Lyuva, pequeña ¿Estas ahí? Soy tu padre. Me detengo un poco, intentando escuchar algún ruido que provenga de la habitación. Lo malo es que todas las habitaciones están aisladas por dentro, para evitar que las criaturas con un agudo sentido del oído escuchen conversaciones que no les incumben; es por esto que no logro distinguir nada. Vuelvo a golpear la puerta. - Si estás ahí te pido que me abras por favor. Necesito hablar contigo.- Espero que se encuentre aquí; si no es así puede que dude de mi decisión de contarle lo que le ocurrió a su hermana.

Creo que siempre voy a sentir esa preferencia de estar dando vueltas en cualquier lugar que por fuera de la estructura del hotel, es algo contra lo que simplemente no puedo luchar y aunque se bien que ahora mismo, con toda la situación de los cazadores no es el mejor momento de todos para hacer mis actividades diarias, como dormir en el lago o pasar horas perdiéndome en los bosques o el laberinto. Supongo que por eso invierto un par de horas en el día dentro del Hotel, como ahora. Me dejo caer en mi cama con el pequeño conejo negro que encontré varios días atrás perdido en el laberinto, estaba completamente solo y asustado así que sin pensarlo más de un par de segundos, lo tome entre mis brazos y lo adopte.

Con un suspiro me acomodo más entre las almohadas de mi cama, el conejito bebé se acomoda más cerca de mi sacándome una sonrisa, en aquel mismo momento escucho un golpeteo en la puerta de la habitación. Mi hermana seguro no es, ella tiene una llave y entre las dos soy yo la que siempre pierde ese tipo de cosas, rasco cariñosamente entre las orejas del conejo y me levanto para abrir la puerta, encontrando del otro lado a mi padre. Mi rostro se ladea hacia la derecha- ¡Señor papá! -exclamo alegremente dando un salto hacia atrás para que pueda pasar si así lo desea, después de todo estamos en su hotel. Una risa amenaza por escapar entre mis labios pero me controlo al ver su rostro, no parece precisamente una persona alegre ahora mismo, hago mi camino hasta sentarme de nuevo en mi cama colocando al conejo sobre mi regazo, mientras analizo todas las posibles cosas que pude haber hecho- ¿Puedo hacer algo por ti? -pregunto con la esperanza de saber que es lo que pasa y como eso, posiblemente me involucra a mi.

No tengo que esperar mucho para que Lyuva finalmente abra la puerta. -Hola pequeña.- Le respondo al saludo. Una sonrisa muy leve aparece en mis labios al verla tan alegre y vivaz como siempre. Dentro de la locura en la que se ha transformado el mundo últimamente, es bueno saber que algunas cosas permanecen intactas. Pero ese pequeño instante de alegría desaparece al recordar la razón por la que estoy aquí. Vuelvo a adoptar una expresión sería, de la que parece darse cuenta.

Recorro la habitación con la mirada, mientras pienso en la mejor forma de darle la noticia acerca de lo ocurrido con Mía. Debo asegurarme de que entienda que necesito de su ayuda para que su hermana se quede en el hotel, pero al mismo tiempo debo advertirle de lo peligroso que puede resultar. Al volver a ver a Lyuva reparo en el conejo que tiene en su regazo. Me planteo el decirle que debe deshacerse de él, pero me lo pienso dos veces. Tal vez no sea mala idea que esté acompañada, aunque sea de un animal como él. Me siento a su lado en la cama, algo que no hacía desde que ella y Mía eran niñas; pero creo que es la mejor manera de decirle lo que ocurrió. -La verdad es que necesito de tu ayuda, Lyuva. Se trata de tu hermana.- Tomo un poco de aire, tratando de reunir el valor para continuar. -Mía sufrió un desgraciado accidente. Casi pierde la vida si no fuera porque Vladimir Dragotzky estaba con ella. Pero para salvarla tuvo que hacerle algo que la cambio. Tu hermana ya no es la misma…- Me deja un mal sabor de boca decir que fue Dragotzky quien salvo a Mía, pero debo contarle todo a Lyuva para que comprenda la situación. Me detuve antes de poder decirle que su hermana fue transformada en vampira, pero es porque hasta a mí me cuesta asumirlo aún. Pero mis hijas siempre han sido bastante inteligentes, por lo que dudo que no sepa a qué me refiero; solo es cuestión de tiempo para que lo adivine.

Un escalofrió me recorre al escuchar la palabra accidente y el nombre de mi hermana en una misma oración, no creo haber recibido ningún tipo de golpe físico en mi vida, pero sus palabras se sienten exactamente como eso. Fijo la mirada en el pequeño conejo que duerme plácidamente en mi regazo, como si nada en el mundo se hubiera alterado. No tiene que explicar mucho más, conozco a Dragotzky, no creo que eso sea algo de lo que haya hablado alguna vez con alguien, mi encuentro con Onix y como el dueño de tan linda serpiente me salvo de lo que pudo ser mi fin, es algo que sin duda guarde para mi. Así que sin la necesidad de que mi padre diga las palabras, creo saber que es lo que ese cambio significa- ¿Mia esta teniendo muchos problemas con eso? -hay una parte dentro de mi que de forma egoísta se alegra, porque ese cambio permite que mi hermana de alguna forma siga con vida y eso es algo que me tranquiliza. Aun así esta la parte en que estoy segura de que para ella esto es mucho más difícil de lo que va a dejar a otros ver.

Tomo una lenta respiración sin llegar a saber que es lo que todo esto causa en mi, esta claramente esa alegría de saber que ella sigue en este mundo y luego esta toda la confusión al no entender nada sobre el mundo que ella tiene que descubrir ahora, y esta también el claro dolor ante la idea de lo cerca que estuvimos de perderle. Hay algunas preguntas golpeando mi mente, pero las suprimo al igual que esas emociones. Mordisqueo la uña de mi pulgar como hago cada vez que algo me pone nerviosa o incomoda- ¿Qué necesitas que haga? -No importa mucho realmente lo que el llegue a pedir, haría cualquier cosa que fuera necesaria para poder ayudar a mi melliza y es algo que estoy segura, el lo sabe. Aun así para mi seria más sencillo dejarme llevar por esa imprudencia que me caracteriza e ir a buscarla sin más, hablar con ella y estar segura de que se encuentra lo mejor posible y ayudarla con lo que sea que pueda, pero se que hay precauciones que debo tomar, así que por una vez en mi vida seguiré las instrucciones al pie de la letra y haré caso de las palabras de mi padre, después de todo el tendrá mucha más experiencia que yo en estos temas.

Me sorprende la forma en que Lyuva se toma la noticia. Dado que siempre se muestra como una chica alegre y risueña muchos la creen una persona simple e ingenua; incluso a veces yo olvido que dentro de esa chica también existe una persona determinada y que sabe manejar situaciones tensas. Pienso en cómo responder a su pregunta, puesto que ni yo mismo sé muy bien como Mía lo está llevando; la ayuda que acepta de mi parte es mínima y a regañadientes. Lo mejor es er honesto y decirle lo que se.-Al menos por lo que yo sé, si está teniendo problemas. Ya es difícil que controle sus impulsos, pero aparte de eso está sumamente confundida; creo que no está segura de quién es en estos momentos. Y además carga con la culpa debido a lo que ha tenido que hacer para alimentarse.- Prefiero no entrar en detalles, pero estoy seguro que captará el mensaje. Para alimentarse debe cazar y matar. Saber que su hermana ha tenido que asesinar puede que sea un duro golpe, pero debe saber todo lo que ha ocurrido con Mía, es la única forma que puede ayudarla.

Veo como muerde la uña de su pulgar, un gesto que hace desde pequeña cuando está nerviosa. Dado todo lo que le he dicho es comprensible que se sienta así. Su pregunta de todas maneras me sorprende; más por la forma que por la pregunta en sí. Imagine que me preguntaría que puede hacer por su hermana, pero en cambio me pregunta a mí que es lo que debe hacer. Al parecer es consciente del riesgo de toda esta situación. Tomo sus manos y la miro a los ojos, para que entienda que mis palabras y mi preocupación son las de un padre; lo que ocurra con el hotel será algo de lo que deberé ocuparme después. -Necesito que me ayudes a hacerla entender que es la misma Mía que ha sido siempre. Esta transformación no tiene por qué cambiar su forma de ser. He intentado hacerlo yo, pero creo que no confía lo suficiente en mí.- Dejo que la frustración y la tristeza se reflejen en mi tono de voz -Creo que me culpa en parte a mí por lo que le ocurrió, y la verdad es que no la culpo. Por eso necesito que tú hables con ella. Puede que seas de las pocas personas en las que confíe en este momento.- Sé que ella está dispuesta a hacer esto, pero necesito escucharla decirlo. Además si está dispuesta a ayudar a Mía deberé explicarle que precauciones debe tomar.

Cierro mis ojos para evitar que pueda ver de alguna forma las emociones que pasan a través de mi, emociones que se bien que las personas pueden ver reflejados en mi mirada. La idea de que mi hermana este pasando por todo esto y más aun que no lo este llevando bien, es simplemente doloroso. Cambiaría mi lugar por el suyo sin pensarlo una segunda vez, si existe alguien con vida en este mundo por quien renunciaría a mi amado don por el agua o incluso a mi vida, esa es mi hermana. Es todavía más doloroso aun, porque a pesar del cariño que nos une, no siento la seguridad de que en esta ocasión ella me querrá cerca, sean cuales sean sus motivos, me prefiere lejos de ella y eso queda claro con el simple hecho de que hasta ahora, no se nada de ella y si por ella hubiera sido entonces Demian nunca me hubiera contado esto- Lo único que realmente importa es ella. Ahora mismo esta pasando por un proceso que desconozco completamente y por lo tanto no puedo dar una opinión sobre si lo hace bien o no... Aun así sabes que haré lo que sea por ella -parpadeo un par de veces antes de girar mi rostro y conectar mi mirada con la del hombre que se encuentra sentado a mi lado, asegurándome de dejar lo más claro posible que no me importa lo riesgoso que eso pudiera ser. Tengo muy claro que para muchos, mi forma de vivir la vida no tiene el más mínimo sentido, es demasiado inmaduro o simplemente no me centro en las cosas importantes. Pero si hay algo en lo que soy serie de forma absoluta, es mi familia. Puede que no seamos un modelo de familia, las cenas familiares no son algo que yo pueda imaginar en nuestras vidas, pero al final de cuentas y con todas las cosas buenas y malas, es lo que somos.

Asiento de forma lenta ante sus palabras, no creo ni por un segundo que aquello sera sencillo. No conozco persona más orgullosa que mi hermana, y la idea de aceptar la ayuda de alguien no va a sentarle nada bien, mucho menos con todas esas ideas que deberán pasar por su mente ante las cosas que se ve obligada a hacer para sobrevivir a su nueva vida- Creo que sera muy complicado que ella entienda y vea las cosas de otra forma que no sea la que tiene en mente sobre si misma. Lamentablemente para ella, soy demasiado cabeza dura y no voy a bajar la guardia -Ladeo mi rostro con evidente confusión- ¿Culparte? No veo como podría ser tu culpa toda esta situación, Mia tuvo un accidente que termino con la vida que ella conocía -decir aquellas palabras es mas difícil de lo que hubiera pensado, me obligo a tomar un par de respiraciones lentas para aclararme antes de continuar- Pero fue un accidente, eso pudo ocurrirle a cualquiera. Yo hubiera pensado que con mis ideas locas, la del accidente hubiera sido yo -elevo uno de mis hombros sonriendo a mi padre en un intento de aligerar las cosas un poco para el- Cuando ella supere todos los problemas que enfrenta ahora mismo lo vera también, después de todo te hiciste cargo de nosotras cuando realmente no tenias obligación de ello... -paso la yema de mi indice por la punta de su nariz- ¿Qué es lo que debo hacer entonces? -lanzo de nuevo mi pregunta, necesitando que el me explique todo lo que deba ser explicado antes de ir hacia mi hermana e intentar que entre en razón.

Sonrío ante las palabras de Lyuva. Imagino que para ella esto debe ser igual de difícil para mí, incluso puede que más. El hecho de que su hermana no le haya dicho nada debe ser sumamente doloroso para ella. Desde que son pequeñas siempre han sido sumamente unidas y jamás han tenido secretos entre ellas. Que Mía le haya ocultado su condición, aun cuando fuera por su propia seguridad, debe ser algo difícil de soportar.  -Sé qué harías cualquier cosa por tu hermana. Y la verdad es que cuento con eso; en estos momentos ella te necesita, aunque no quiera admitirlo.- Cuando voltea a mirarme no puedo evitar quedarme sorprendido al ver la determinación en sus ojos. Es como si se hubiera transformado en una persona diferente. Me queda claro que de no haberle contado esto yo de alguna forma hubiera averiguado que es lo que ocurrió con Mía. Y aunque yo no se lo pidiera la ayudaría de todas formas.

Sus frases de aliento no logran reconfortarme. Por mucho que diga que es un accidente, no puedo evitar culparme por lo ocurrido con Mía. Si hubiera sido un padre más atento tal vez nada de esto hubiera ocurrido. Suspiro y esbozo una sonrisa pesarosa cuando pasa el dedo por mi nariz. Es extraño que los papeles se inviertan por una vez, la hija consolando al padre. -Puede que tengas razón, pero aun así no puedo evitar sentirme responsable por su situación. Si hubiera sido un padre más atento y no estuviera tan consumido por el hotel, tal vez podría haber evitado todo esto. Pero eso es algo con lo que yo tendré que lidiar.- No había ido hasta allí para desahogarme y ser consolado. Mi razón para estar en esa habitación era sumamente diferente. Miro a los ojos a Lyuva, con una expresión seria. Es sumamente importante que preste atención a lo que voy a decirle -Como te dije, debes buscar la forma de acercarte a tu hermana y recordarle quien es. Sé que es algo complicado y arriesgado, por lo que deberás tomar algunas precauciones. El hecho de que seas su hermana puede ser suficiente para evitar que te ataque, pero es mejor no correr riesgos. Hago una pequeña pausa para recordar todo lo que debo decirle. -Lo primero y más importante, siempre que la veas debes llevar una o dos bolsas de sangre que yo te daré. Eso te ayudará a calmarla en caso de que su sed empiece a controlarla. Lo segundo es que en el caso de que se enfade debes mantenerte alejada de ella; como sabes los vampiros tenemos una fuerza muy superior a la de los humanos, y Mía aún no sabe controlarla bien, por lo que podrías salir lastimada si te le acercas. Y por último, no deber tenerle miedo. Esto es más que nada porque se derrumbaría si sabe que su hermana la considera peligrosa. Como te dije, la idea es convencerla de que es la misma persona que ha sido siempre, y para ello debemos tratarlo de la misma manera que siempre.- Esto último era solo la mitad de la razón por la que no debía mostrar miedo. Los vampiros somos depredadores, por lo que tenemos algo así como un sexto sentido que nos permite “oler” el miedo. Si ella va así con su hermana, será imposible que Mía no lo detecte. Y esa podría ser la razón que la alejara de nosotros para siempre.

Tenia claro que para mi no había mucho que hacer ahí, los motivos totales por los que Demian sentía culpa de lo sucedido, los entendía el y solo el, y aunque yo hiciera mis mejores esfuerzos para hacerle ver que aunque lo hubiera intentado, evitar aquella situación hubiera sido por demás imposible. Más aun si tomamos en cuenta que trata con dos hijas tan parecidas como opuestas, y si no es una la que se mete en problemas, seguramente la otra lo hará- Definitivamente no comparto tu opinión en ese asunto -aclaro ladeando mi rostro ligeramente hacia la izquierda- Y espero que no te dejes guiar por la culpa que sientes. No cualquier persona puede llevar un hotel de seres como los que habitan aquí y aun así hacer malabares con fuego y agua. Yo creo que hiciste un gran trabajo aun cuando no tenias ninguna obligación en cuidarnos -termino con el tema de las culpas pues aun cuando me no me agrada la idea de ese sentimiento que lleva, no es precisamente en lo que debemos centrarnos ahora mismo y porque hasta que esta situación con Mia no este resuelta de la mejor forma posible para todos, entonces las probabilidades de que su culpa se disipe son pocas.

Paso de forma distraída mi mano entre las orejas del pequeño conejo, disfrutando entre mis dedos la suavidad de su pelaje- Ademas ahora mismo no podemos detenernos por lo que fue y lo que no fue -una sonrisa triste se forma en mis labios, pues en el fondo y a pesar de mi opinión, intercambiaría el lugar con ella sin dudarlo un segundo, aun cuando la idea de perder lo que soy ahora mismo me asusta, pasaría por todo ese proceso si con eso pudiera evitar todo esto para Mia . Como Demian bien decía, iba a ser muy complicado que Mia me dejara acercarme a ella e intentar convencerla de que ella no era diferente. Y si en el proceso de esto ella me atacaba, bueno no es algo que realmente me importe más allá de que eso podría complicarlo más para ella, el daño posible que esto podría causarme es una situación menor para mi- De acuerdo, haré lo que sea necesario -asiento sin duda alguna en mi rostro.

Le dedico una sonrisa de sincero agradecimiento. Si bien sus palabras no eliminan la culpa que siento, si me hacen sentir que no todo es tan malo. Si, cometí errores, pero también he hecho algunas cosas bien. Y eso es un buen consuelo, al menos por ahora. -Gracias pequeña. Es reconfortante saber qué piensas así. Y no te preocupes, no dejaré la lastima por mí mismo me guíe en este asunto. No le haría ningún favor a tu hermana si lo hiciera, y en estos momentos ella es lo más importante. - Con esto creo que ya el tema de la culpa ha quedado zanjado. Sé que en parte es lo que ella buscaba con sus palabras, puesto que lo importante es que nos concentremos en ayudar a Mia. Ya lidiaremos más tarde con los efectos que esto causo en nosotros.

Noto la decisión en su rostro, lo que me hace sentir sumamente orgulloso de ella. Pero también puedo notar la tristeza que la invade. Por como es Lyuva, sé que daría lo que fuera por ahorrarle este sufrimiento a su hermana; y yo haría lo mismo si pudiera. Tomo una de sus manos entre las mías, dejándole la otra libre para que pueda sujetar a su mascota. -Con que lo intentes es suficiente. No puedo decirte mucho más, puesto que jamás he convertido a alguien como para saber qué es lo que siente. Lo único de lo que estoy seguro es que tu hermana sigue allí en alguna parte, y somos los únicos que podemos recuperarla. - En parte le digo esto para darle confianza, pero también lo hago para lograr que yo me lo crea. No le he dicho a Lyuva que yo ya no formo parte de la vida de su hermana. El único lazo que nos une es el título de padre adoptivo, pero para los vampiros eso es lo mismo que nada. Ahora la única familia verdadera de Mia es su hermana y el vampiro que la convirtió. Pero albergo la esperanza de poder superar esa barrera, y que los veinte años que pase criándolas tengan algún peso. De lo contrario sería un golpe del que no sé si me recuperaría.

Como dijiste tan solo hace unos instantes, ahora mismo es Mia lo que importa. Eso es algo completamente cierto, y si necesita ayuda para lo que sea, es algo a lo que estoy segura no nos negaremos -un suspiro preocupado escapa de entre mis labios- Pero... debemos aceptar el hecho de que si ella no desea nuestra ayuda, nosotros no podemos obligarla a nada -las palabras saben un tanto amargas para mi, no porque me gustaría obligar a mi hermana a hacer nada, sino, porque si ella no desea nuestra ayuda y decide no regresar, entonces no tendré nada más que hacer que aceptar su decisión y dejarla alejarse, aunque eso significara la posibilidad de no volver a verla nunca, las probabilidades de vida que yo tengo son tan diminutas en comparación a las de mi padre y hermana y la idea de no tenerla de nuevo en mi vida es más doloroso que nada.

Aun así no estaba dispuesta a darme por vencida a no ser que Mia me dijera que no me quería cerca, si no escuchaba esas palabras salir de su boca, entonces yo no me alejaría nunca, no me rendiría- La situación ahora es que yo no la he visto por un tiempo ya -me doy cuenta entonces de eso ¿Cómo ayudarla si ella no esta ahí para ello? Parpadeo un poco negando de forma leve con mi rostro- Desde lo que paso aquella noche de acampada he intentado dormir aquí adentro y no creo que ella venga aquí -muerdo mi labio inferior, de forma nerviosa- ¿Tu sabes dónde se encuentra? - me doy cuenta de que las palabras han comenzado a salir de entre mis labios sin filtro alguno que las detenga, el temor haciéndose presente en mi una vez que la idea de la posibilidad de no verla de nuevo penetra en mi mente, haciendo un pequeño nido lleno de temor ahí adentro. Es algo que no puedo evitar.

La mención de Lyuva de aquella posibilidad me hace sentir peor de lo que imagine. Si bien había pensado en aquella situación, imagine que ella me apoyaría en buscar la forma de lograr que Mia acepte nuestra ayuda. Pero su afirmación hace que todo mi plan se desmorone de un momento a otro. Conozco a mi hija, y sé que si ya tomo aquella decisión no va a cambiar de parecer. Pero puede que tenga razón; obligar a Mia a hacer cosas que no desea puede ser peor que no hacer nada. Dejo escapar un suspiro, liberando en parte la tensión de verme enfrentado ante esta situación tan surreal. -Tienes razón, no podemos obligarla a nada. No sería bueno para ninguno de nosotros. Tan solo esperemos que ese no sea el caso. - Si bien ninguno lo menciona, ambos sabemos qué por la forma de ser de su hermana, el no aceptar nuestra ayuda puede significar que ha decidido alejarse de nosotros. Tan solo el hecho de haberla convencido de volver conmigo luego de encontrarla en el aeropuerto me hace albergar esperanzas.

Capto la tristeza y el nerviosismo en la voz de Lyuva. Ahora que sabe la verdadera razón de porque no ha visto a su hermana en todo este tiempo debe sentirse culpable de no haber podido ayudarla. Tomo sus manos entre las mías, intentando tranquilizarla un poco - Es normal que no la hayamos visto. Luego de transformarla, Dragotzky se la llevo a una guarida fuera de la ciudad. Había recibido un mensaje de tu hermana de que había salido de viaje con unas amigas y por eso no me preocupe, pero ya quedo claro que era una farsa. - Siento mi voz temblar un poco por la tensión que me provocan las palabras que estoy a punto de decir - Pero el asunto es que un día me encontré con tu hermana. Seguí su pista hasta el aeropuerto de París, y allí me enteré de todo. Ella quería escapar del país, pero logré convencerla de que se quedara y volviera al hotel conmigo. - Los recuerdos de haberla encontrado aquella noche quedaron grabados a fuego en mi memoria, por lo que estoy seguro que no me abandonarán pase el tiempo que pase. Me giro para mirar a Lyuva antes de continuar - Así que tu hermana está en el hotel, en una de las habitaciones subterráneas. Puedes ir a verla cuando desees. - Dejo que el silencio se apodere del ambiente luego de pronunciar aquellas palabras, consciente de que debe estar pensando lo mismo que yo; si Mia ya intento escapar ¿Podremos impedir que lo haga de nuevo?

off: Te pido una grandísimas disculpas por haberme demorado tanto en responder u.u