Ayuda celestial // Layla Carson

U na tarde como muchas, no le veía nada de nuevo o diferente. Mi vida ya se esta acomodando de nuevo luego de la llegada casi sorpresa de mis hermanos, ahora cada uno tiene una actividad que realizar, algo en que entretener la mente mientras nos estamos en nuestra misión personal de averiguar la verdad y de vengar la muerte de nuestra manada. El día de hoy lo tenía libre y tomando en cuenta que tiene mas de 1 semana que no consumo nada vivo me decidí por pasar una tarde tranquila de caza. El bosque del hotel ofrece una gran gama de "alimentos", se que para muchos humanos es cruel esto de cazar animales pero es mi forma de vivir y no tengo pena en esto, es la naturaleza en su mas puro sentido.

Es así como ahora mismo me encuentro a la caza de lo que me parece es un zorro grande. Dalia y Diego comieron algo hace pocos días por lo que no quiero buscar algo mas, ya saldríamos de caza a un bosque externo a darnos un festín en unos días, ahora es solo para recuperar energías. Paso varios minutos persiguiéndolo en mi forma humana pero se que soy ruidosa así o mas bien en mi forma lobuna soy por completo sigilosa, así que me transformo con la precaución de dejar mi ropa en el hoyo de un árbol antes y entonces si la caza se vuelve incluso una diversión, me encanta sentirme en mi forma animal, tan libre.

Como todos los días estoy paseando por cada lugar del hotel buscando conocer gente nueva y ayudar a quienes lo necesiten. Estoy pensando si visitar el bosque o la piscina ambos lugares son totalmente diferentes y los dos son mis favoritos. Me dirigí al bosque por que era lo que mas necesitaba en este momento es un lugar agradable, no es que se consiga mucha gente ahí, pero me gusta estar allí y ver las maravillosas sorpresas que abitan en el bosque.


Las mejores cosas que me pudieron haber pasado fueron las de convertirme en un ángel, el cielo es un lugar bello lejos de todo el sufrimiento. Ahora que volví a la tierra a ayudar a toda las personas a estar por el buen camino.
Tome las cosas necesarias para ir al bosque, salí del hotel con calma hasta llegar al bosque. Mire a mi al rededor y vi la hermosa naturaleza que habitaba el bosque. Respire profundo y seguí caminando.

C orretear por ese enorme y frondoso bosque es algo que me llena de alegría y que deja correr de forma menos dañina toda esa adrenalina contenida por mis propios instintos lobunos. Darle caza al pequeño animal lo tomo como un juego, me permito comportarme como aquella loba que fui de adolescente y niña, aquella que "jugaba con la comida", solo un rato. Logro darle caza luego de un par de minutos y degusto el animal con tranquilidad, sin cambiar de forma aún pues así es mas cómodo.

Una ve saciada mi hambre, entierro los restos del animal al lado de un gran árbol y voy tranquila hacia el sitio donde deje mi ropa, lamiendo mi hocico repetidas veces saboreando aún al animal. Me vuelvo a transformar y comienzo a vestirme pero siento algo raro, algo que empieza a quemar en mi estomago. Lo dejo pasar, quizás es algo sin importancia, o eso creí hasta que comienzo mi regreso al hotel. Entonces la vista se me nubla y el ardor se expande a todo mi torso, haciendo que me queje y apriete los dientes evitando lanzar un gran gruñido. Me recargo en un árbol, trantando de respirar hondo para calmar el dolor pero entonces las nauseas golpean de lleno en mi y acabo dejando bastante del pobre animal en el pasto, sin embargo el dolor no cede y la vista se nubla aún mas.

Todo iba bien, bajo control. El bosque era maravilloso tenia tiempo sin venir a un bosque. Caminaba hasta llegar a un bonito lugar, en el que podía sentarme a comer y relajarme un poco. Saque la comida que traje en mi bolsa y empece a almorzar. Quiero pasar un día entero en este lugar, lleno de aire fresco. Ademas puedo estar sola un momento para mi. El sol estaba muy brillante, el cielo muy azul se que voy a disfrutar del día de hoy.
Termine de comer y recogí todo. Me levante para seguir caminando nuevamente. En el camino pude ver a un lobo en problemas al parecer le sucedía algo por su rostro, estaba vomitando. No puedo ver a los animales así tenia que ayudarlo. Me acerque a donde estaba el lobo o mejor dicho ''loba'' pude reconocer que era mujer al verla.

Intento ayudarla pero no se como, no tengo nada que la pueda ayudar... De todas formas valió la pena el intento. A pesar de todo espero que se mejore - Espero que te mejores - dije en tono triste. No conseguí la forma de poder ayudarla. De todas formas espero poder volver a cruzarnos una ves, amo a los lobos son una especie única me hace feliz poder estar cerca de ellos.

A ún con los sentidos nublados logro sentir como un ser se va acercando a mi, pero me cuesta un mundo descubrir de quién o mas bien de qué se trata, pero ese aroma tan característico de los ángeles logra colarse aún entre mi obnubilación, así que no me siento tan amenazada de hecho, pues en este estado no puedo realmente reaccionar a la defensiva, algo que no me gusta, mi instinto protector y territorial es muy marcado en mi personalidad.

- Necesito... nece... sito ayuda - logro balbucear entre gemidos ahogados de dolor y el mareo se sigue haciendo presente. Una sensación de pesadez golpea mi cabeza poco después de escucharla, pues tal parece que no tiene idea de como ayudarme y es hasta entonces que caigo en el hecho de un recuerdo. Ya antes me había sentido así, hace unos años, al encontrarnos de viaje y cruzarnos con un grupo de cazadores nativos que usaban dardos "envenenados" - Ven.. eno - logro emitir con un gemido ahogado cayendo de rodillas. Se de la fama que tienen los Ángeles de poder curar heridas y demás, en varias razas.