| Esta historia se remonta a mucho mucho tiempo atrás, antes de los merodeadores, antes de que Tom Ryddle entrase a Hogwarts, antes de que el mismísimo Albus Dumbledore naciese, incluso antes de que el castillo de Hogwarts fuese alzado. Nos situamos en el siglo X d.C., un gran siglo para la magia, sin duda alguna, ya que fue en el que los cuatro fundadores de Hogwarts construyesen el señorial castillo. Antes de aquello, las escuelas de magia escaseaban, en primer lugar porque la sociedad mágica no tenía la suficiente organización como para gestionar escuelas y también porque la sociedad no mágica perseguía a los magos y a las brujas en nombre de Dios.
Pero la Escuela Garamond, situada en el norte de Francia, instruye a sus futuras generaciones de magos y brujas delante de toda la sociedad, mágica o no. Eso sí, con un encubrimiento muy recatado, ya que se hacen pruebas de selección para "ver si el aspirante está al nivel de la escuela", lo que significa que si no eres mago o bruja, quedas fuera, aunque claramente con una limpieza de mente bastante precisa. Con esas, la Escuela Garamond consiguió que la sociedad no mágica la acepte como si fuese una academia normal.
Pero el mundo que le rodea no es tan bonito como parece dentro del palacio. Los no mágicos no cesan en su persecución y ejecución a aquellos que emplean la magia, de esta situación se aprovechan los magos puristas, que se agencian altos puestos en la Iglesia Católica para acabar con todos los sangre sucias y los mestizos. Además, unas criaturas mágicas, llamadas dementores, se dedican a vagar por las ciudades, absorbiendo el alma de todos los seres humanos, mágicos o no. La sociedad mágica no tiene armas ni hechizos contra estos seres, que hasta entonces se habían mantenido en zonas inhóspitas del planeta, y que estos seres merodeen a sus anchas solamente consigue enfurecer más a la sociedad no mágica y reavivar la llama de su religión en contra de la magia y sus practicantes. |
por repello muggletum Dom Dic 27, 2015 7:34 pm
