¿tu denuevo? me estas siguiendo? - Boran Williams

Había tenidos unos días algo ocupados en el bar, un par de cuentas que no cuadraban con la caja y ese tipo de cosas que no soy partidaria a las que estoy a cargo. Me dedico a pensar si es que este cargo es lo que quiero, pero luego la idea de irme del hotel y dejar a mi hermana sola en este lugar en donde cualquier demonio podría estar tras ella me hace desechar la idea de renunciar casi de manera inmediata. No puedo estar lejos de Amelia. Ella lo sabe y ahora que sabe de mi existencia y lo tiene mas que claro no nos separaríamos, para nada. Las dos lo sabíamos.

Doy un suspiro profundo cuando comienzo a caminar por la acera hacia uno de los pocos lugares que aun desconozco de Paris, uno de los hermosos jardines que me habían recomendado. No es que sea muy partidaria de andar sola por la vida, pero un momento de silencio y disfrutar de la naturaleza es algo que me gusta. Me recuerda cuando era una humana, era una pequeña costumbre que tenia de pequeña en donde mi hermano pasaba horas buscándome. Pero ahora soy “grande” como para que me estén buscando, únicamente di aviso en el bar que me tomaría el día luego de haber dejado todo listo con lo de administración que no es algo que me agrade del todo.

Llego al lugar y descubro que hay poca gente, es increíble como se a perdido eso de cuidar el ambiente y disfrutar de sus características que ofrece la naturaleza. Es medio día, por lo que se le podría encontrar la excusa que la gente esta almorzando o algo así, pero creo que este lugar tiene el derecho a quitarte un par de horas para disfrutar este paisaje que es magnifico. Me siento tranquila, en paz estando acá.

Los días dentro de hotel pasaban con suma rapidez era obvio con el constante ir y venir del trabajo dentro, no es que en la enfermería dentro del hotel fuera algo demasiado asiduo pero con las diferentes criaturas que habitaban el lugar era normal siempre tener algo de trabajo, a cualquier hora, sus horarios de habían torcido hasta ser largas jornadas, muchas veces teniendo que doblar turnos por la falta de personal, pero para alguien como Boran era justo el lugar ideal y el trabajo ideal también, comenzó a hacerse de cierta reputación y era justo lo que deseaba para lograr acercarse a Elizabeth otra vez.

Había conocido a uno de esos malditos tipos que solo se la pasan rondándola y lo odio a muerte, si hubiera sido posible lo habría matado en ese preciso instante, pero tuvo que contenerse y barajear sus cartas otra vez, asegurarse de que Elizabeth lo elegiría a él antes de a nadie, para ello dejo de acosarle en el trabajo, por ello había estado bien que en su propio lugar le doblaran los turnos así tenía la mente ocupada para no correr a espiarle ni aparcarse por el bar cada tanto.

Aquel día, recibió su primer día de descanso en mucho tiempo, recibió los tres días de corrido por lo que para no correr a ella salió del hotel montado en aquella moto de color negro, vestía su chaqueta de cuero, jens ajustados de mezclilla y una ramera negra con algunas letras el frente, le gustaba la velocidad que podría adquirir en la moto, le daba cierta libertad, le quitaba toda esa tensión que guardaba al no poder estar cerca de ella, y es que era endiabladamente difícil no ir a buscarla teniéndola tan cerca, muchas noches al menos las primeras antes de que comenzara a doblar turnos, se colaba para verla dormir, incluso cuando ella estaba en el bar iba y se sentaba por horas hasta que tenían que cerrar, claro que había veces que ella no salía pero no importaba sentir su aroma le era suficiente, al menos de momento.

al llegar a los jardines decidió parar un poco para estirar las piernas y buscar algo en que entretenerse, tal vez podría tentar a alguien y es aburrirse un poco, así que aparco la moto y comenzó a recorrer el lugar con cierto desinterés, nada particular, le gustaba la naturaleza, claro, le gustaba ver como las hojas se mecían con el viento y como las flores portaban de colores para luego ser deshojadas por el mismo viento caprichoso, tras un rato de recorrer el lugar encuentro una de esas bancas de piedra dispuesta para poder apreciar la frescura y la belleza del lugar por lo que se sienta para poder descansar un poco, deja su cuerpo inclinarse hacia delante para recargar sus brazos en las rodillas y poder relajarse, mientras sin duda alguna repasa mentalmente su última conversación con aquella preciosa niña, la cual le robo todo y por qué no, repaso el momento en que la mato, pues había sido uno de aquellos recuerdos tan especiales que aun saboreaba el demonio.