Lost Then Found // Dalia Maz

Recuerdo del primer mensaje :


En la víspera de Luna llena, Brooke se paseaba por la ciudad parisina con ojos cautos y paso firme. Temía que en cualquier momento entrara en fase sin siquiera advertirlo. Y siempre era así la noche previa a la luna llena; se sentía desconfiada, con miedo. Pero se obligaba a estar fuera, respirar un poco de aire, tratar de despejar su mente para que a la noche siguiente no tuviese tanto problema a la hora de afrontar uno de sus mayores temores.

Hacía varios años ya que había dejado su humanidad. No era nada nuevo para ella reconocer entre la gente que la rodeaba al otro tipo de "personas", de criaturas. Algunos se disfrazaban muy bien, otros no lograban dar con el siglo correcto a juzgar por su forma de vestir. Brook tenía muy claro que mantenerse alejada de todos ellos significaría una mejor vida, al menos una con la menor cantidad de enemigos posibles.Y no porque fuese una joven adulta licántropa en busca de problemas, sino porque era de vivir sola casi todo el tiempo, por mas que tuviese conocidos aquí y allá.

Desde su expulsión de su mana hacía casi un año, se sentía muy sola. El lazo que los unía de forma casi inquebrantable había sido aflojado solo un poco para dejarla ir. Ella era un peligro, se merecía el exilio. Pero, sorprendentemente, aquel exilio le brindo un mundo lleno de posibilidades. Y fue así que conoció a Dalia Maz. Apenas pensó en ella una sonrisa se dibujó en sus facciones. Dalia era una gran amiga, prácticamente la hermana que nunca tuvo. Y ahora mismo iba a encontrarse con ella en uno de los puntos más bellos de París.

La torre Eiffel estaba desbordada de turistas. Los locales seguramente ya le habían perdido el interés a la zona, por eso se notaba a leguas que los de afuera mandaban en ese lugar. Era más la cantidad de flashes que gene tomándose fotos.
—Gosh, this selfie-addicts will be the end of me —se cubrió los ojos justo cuando pasaba delante de una parejita feliz sacándose una foto, una que Brooke acababa de arruinar acaparándose todo el flash y por la que se gano unos coloridos insultos con acento ruso.

Oh, god what a lucky girl era lo que había pensado Dalia la primera vez que se había encontrado con Brooke, y por alguna razón seguía repitiéndose esa idea cada maldita vez que la mirada de la loba se cruzaba con la de ella. La loba con nombre de flor atribuía esas sensaciones a que su loba feroz solía escaparse a recorrer sus placeres y eso le provocaba extrañarla y como ella era una mujer de emociones cada vez que la veía solo quería darle todo el cariño que tenía guardado desde la última vez que había podido verla.

Miro hacia los lados a penas la loba confirmó sus suposiciones, y no pudo evitar emitir una risita, pensando que su amiga ya había encontrado que devorar. Miró hacia un costado intentando seguir la dirección de la mirada de esta, y apenas escuchó sus palabras se giro, topándose con los ojos hambrientos con los que cualquier loba miraría a su presa, y lanzó una mirada coqueta acompañada de un beso sonoro— ey baby, no llevamos ni diez minutos aquí y ya me intentas seducir ¿Estas ocupando tus tácticas en mí?—bromeó, y luego miro al mesero, sus ojos parecían estar en los de ella, lo que hizo sentir a Dalia un poco extraña y no tardó en arrugar las cejas en señal de que no le gustaba aquella atención—Kill me baby, no puedo creer que Flubber me mire así—dijo expresando su evidente rechazo hacia este.

El primer trago de su mojito le supo un poco extraño, como si estuviera algo más ácido de lo normal—Lo único que no me gusta de estas ciudad, es que no puedo beber los tragos de la mejor bartender—rodó los ojos y suspiro—¿Solo para ti? ¿No quieres ser millonaria y vivir de fiesta, sexo, alcohol y drogas?..oh wait—se río y luego dejo el trago en la mesa para afirmar su mentón en ellas y así mirar a Brooke directamente a los ojos—Pero si sabes que me encanta escuchar como me engañas por ahí—lanzó una mirada coqueta e incocente y luego encongio sus ojos, como pensando—Ahora que lo dices, no he visto demasiado a Danny, casi siempre esta.. perdida. Creo que anda en malos pasos ya—comenta para luego elevar sus cejas—Al parecer eso de la lujuria lobuna aumenta con la edad— sí, era la única razón por la cual Dalia podía pensar que su hermana andaba media desaparecida, pues seguramente a ninguna de las dos se les ocurriría andar con cazadores, por lo menos no por ahora. Pasar esa idea por su mente le hizo recordar el episodio y por supuesto no pudo no expulsar sus quejas—¡Ja! el hotel ¿Si te dijera que esta la opción de entrar completa y luego salir como una abrigo de visón me creerías?—dijo para luego dar un largo trago—No se rayos le pasa a la seguridad. En mi primer día ahí me creí principe de cuento y salté una cerca... y nadie vino por mi. Así que te imaginaras que siempre pasan cosas—.

Dalia masculló un poco—¿Te colarás a mi habitación entonces? te ofreceré un cafe, esa será la clave—Rie y luego la mira directamente a los ojos y se preguntó a si misma cuanto tiempo vería la atractiva loba antes de que desapareciera, y esta vez-no como las anteriores- tuvo más curiosidad—¿Por cuanto tiempo te quedarás esta vez?—

La verdad era que sí habia visto a alguien, pero sólo tenía corazón para Dalia esa noche. La había extrañado mucho más que otras veces. Por supuesto, es algo que jamás traería a mención; Brooke no era buena exteriorisando sus sentimientos reales, le parecía más divertido aquel lado seductor.
Por el momento regresó a la conversación, encontrándose con la radiante sonrisa de Dalia. Le encantaba que la lobita le siguiera el juego sin flaquear en ningún momento, llevando al punto máximo el flirteo. Era fenomenal.
—Qué puedo decir... Eres mi amor imposible, babe. Ninguna aventura sexual me ayudará a superarte —negó con esa sonrisa gutural aún colgando de sus labios—. Aunque ahora que apestas a híbrido... Quizás eso ayude —arrugo de nuevo su nariz, exagerando.
Las cejas de Brook se juntaron en un gesto ceñudo mientras seguía la espalda del mesero mientras se perdía entre la multitud. Comenzaba a sentir cierto recelo por el sujeto, olía extraño, lo que sólo reforzaba su decisión de mantenerlo en su campo de visión constantemente.

No pudo ocultar su sorpresa cuando supo que la súper suprema Alfa andaba perdida. Danielle jamás dejaba a su hermanita sola por mucho tiempo, menos estando en un lugar como aquel, que al parecer estaba repleto de cazadores.
—¿No se supone que la gracia de ese Hotel es que es un lugar seguro para los submundos? —alzó una ceja, confundida—. ¿Y soy la única que cree que el creador de Hotel Transilvania le robó la idea al señor LeBlanc? —agregó como un pensamiento al aire, distraída.

Pero las ausencias de Danielle le habían despertado la curiosidad de la loba, así que dejando de lado sus desvarios, retomó el hilo.
—Volviendo al tema de Dee, ¿tanto le afectó la época de celo? —se llevo el dedo pulgar a la nariz y se rasco el tabique, algo divertida. Brooke ya no se sentía tan afectada por eso, ya que su vida sexual era muy activa, poca era la diferencia que notaba cuando entraba en ese estado—. Lo siento, no es que no sepa qué es lo que se siente, pero me sorprende que su loba la dome de esa forma. O tal vez será que quien sea que la tenga tan alocada sea difícil de ignorar. Ya sabes cómo somos, a veces nos encaprichamos con nuestra presa —sus ojos brillaron oscuros de nuevo, mirando con intención a su amiga. No podía evitarlo, era algo natural.
Riendo, se inclinó nuevamente sobre la mesa—. Café, uh? — preguntó tras otro sorbo de su trago
relamiendo sus labios—. ¿Tu híbrido no se pondrá celoso?

Tomando más de su mojito, la loba se dedicó a organizar sus tiempos en su mente. Tenía que mantenerse atenta una vez que estuviera en el hotel, porque tendría que ponerse a trabajar. Ugh.
—Aún no estoy segura, pero puedo decirte que batire mi récord personal —dijo entre comillas—. Porque no sólo vengo a intentar conquistarte por enésima vez en lo que llevamos de amistad, sino que también vengo por un asunto laboral —le confesó a su lobita, mientras jugaba con el hielo de su vaso.

El liquido helado paso por su garganta, disfrutó del sabor del mojito y de la miradas audaces que Brooke le dedicaba, a las que ellas respondía como una verdadera doncella en periodo de cortejo, era bastante entretenido jugar a aquello, en especial por que por un tiempo esas miradas y jugarreta fueron las que la mantuvieron feliz a pesar de todo el drama de la muerte de sus familiares. Los había perdido a casi todos y Brooke era aquella que sobrevivió sin siquiera haber estado ahí.
—[color=indianred]Eres una tonta babe[color=indianred]—dijo haciendo un puchero instantáneo; la vedad no esperaba que el aroma de la vampira estuviera tan impregnado en ella, y de alguna manera agradecía no haberse topado con su hermana por aquellos días y que Brooke hubiera sido la primera en advertirle de aquello, nuevamente si no fuera por ella de seguro estaría muerta— ¿Ya no te interesa dejar tu aroma en mi piel entonces? ¿Solo me querías porque huelo a lobo puro? Creo que me harás llorar Bee— saboreó en su boca el trago y nuevamente sintio como que algo andaba mal con la mezcla, como si hubiera algo que no pegará con aquello. Arrugo las cejas y raspó enérgicamente su lengua contra su paladar, acercó el trago a su nariz y olfateó— call me crazy Bee, pero de verdad hay algo raro en este trago— le ofreció el líquido a Brooke para que esta lo olfateará e inspeccionara.

Dalia dejo el trago a un lado por un momento, y luego elevó los hombros— yo esperaba lo mismo la verdad, pero el lugar esta repleto de fallas de seguridad, y si no fuera porque en los otros hoteles no estan adaptados para nosotros definitivamente me cambiaría, pero como sabes los Maz tenemos una misión—No tardó el reír al escuchar aquella relación—Y curiosamente también es un vampiro, me pregunto si hará el Blablablablá o si habrán vendido la idea por millones—posó su mano sobre su boca intentando resistir la risa. Brooke siempre tenía que decir para hacer todo más interesante.

Respiró hondo y afirmo su cara en una de sus manos—Pues la loba de Danny siempre la ha controlado más de lo que debería y es eso, o esta investigando algo sin invitarme, que sabes que tiene la costumbre de hacer—elevó los hombros y siguió lamiendo sus labios intentando identificar que era lo que había de extraño en aquel líquido y también como es que el Brooke parecía estar normal, y es que era normal que ella tuviera mala suerte. — Con respecto a lo de "mi híbrido" como le dices, es posible, pero dime que no sería entretenido hacerlas pelear en barro, so hot—.

Dalia se quedó pensando un momento en las palabras de Brooke y se encontró particularmente curiosa por el hecho de que la loba se quedará por mucho más tiempo de lo normal, y que las escusa fuera "trabajo"—¿Nos casaremos de una vez por todas?... bien hablando en serio, ¿Qué clase de trabajo es tan importante? —preguntó elevando las cejas—No crees que no me gusta que te quedes, pero tu tienes trabajos en cualquier parte que quieras, ¿Acaso estas buscando echar raíces?.

Quien sea que tuviese la mala suerte de toparse con Brooke terminaría a los pies de la persona de la que probablemente estaría huyendo en primer lugar. Ella no tenía información sólida sobre a quien tendría que seguir. Muchas veces sus objetivos carecían de rostro, pero era lo de menos. Al menos sí tenía una pista, y era que su objetivo era, justamente un híbrido. Estaba por comentarle aquello, por contarle de su gran y excitante nueva forma de vida, cuando la inquietud que sintió en la voz de su amiga la trajo de regreso.
Tomó el vaso en sus manos  y olfateó el contenido. Sin duda algo tenía, y el hecho de que Dalia ya lo hubiese consumido le puso los pelos de punta. Su ceño se fruncio al instante mientras llegaba a la conclusión de que alguien debía estar jugando con ellas. Lo que esa persona no sabía era que se estaba metiendo con las lobas equivocadas.

Dejando toda broma de lado, y optando por continuar con la conversación sobre su trabajo para otra ocasión, Brooke de levantó y tomó la mano de Dalia; presentía que algo malo estaba por pasar y queria sacar a su lobita de ese lugar antes de confirmar sus sospechas.
—Tell you what, sweetie —dijo, pasandole la chaqueta a la loba sin siquiera darle tiempo a ponérsela—. Nos vamos de aquí de regreso al hotel donde espero que puedan determinar qué es lo podría haber en el vaso —mirando a su amiga por un momento, usando su mejor máscara de "La ley y el orden"—. Just kidding. Vamos a ver quién se quiso pasar de listo con nosotras. Ese trago tiene una sustancia que seguramente podría dejar inconsciente a una humana, pero como eres una loba, tienes más tolerancia a esas cosas. Aún así... —miró con atención a la loba, como buscando algún síntoma—. ¿Cómo te sientes? Apenas sientas algo extraño me dices; mientras tanto iré a mirar cerca de la barra, y tu vendrás conmigo. Vamos.

Con un firme apretón en la mano de Dalia, Brock navegó entre la gente abriéndose paso sin importarle pisar uno que otro pie; no quería soltarla por nada del mundo. Tenía el presentimiento de que algo raro se cosía en ese lugar, después de todo, estaban en la Zona Roja en un bar de mala muerte sólo para demonios. De haber otros humanos, probablemente eran bocadillos.
No supo cómo, pero la primer esencia que llegó a su nariz fue la del camarero que las había atendido. La loba no tenía ningún problema en meterse dentro de la cocina u oficinas para llegar al fondo del misterio, y tenía que hacerlo porque la salud de su lobita preferida en todo el universo estaban en riesgo. Si ese humano había siquiera pensado en hacerle algo a Dalia, terminaría con un agujero justo donde debería estar su garganta.
Cuando llegaron donde estaba el camarero, Brooke de decidió a hablar, pero el chico desapareció, escabullendose por las puertas que probablemente llevaban a la cocina. Y allí fue también el dúo.