< Into the woods or into you? | Dalia Maz >

La rusa trata de ser lo más rápida y escurridiza posible para salir del bar sin ser detenida ni muy vista por la alfa de la lobita, no es que le tenga miedo pero es preferible prevenir que lamentar y acabar descuartizada y hecha barbacoa. El frío aire que viene desde el bosque la golpear apenas se acerca al acceso a este desde el hall, donde espera paciente a la lobita, arreglando su cabello, esa manía que tiene.

Mientras la loba sale ella se queda pensando en todo lo hablado minutos antes, la idea de dejar de alguna forma su aroma impregnado en la loba suena demasiado tentador y sabe que más temprano que tarde lo logrará. Una sonrisa boba se asoma por ese rostro pálido cuando recuerda el sonrojo que la pequeña le sacó pues si, lo logró. No sabe realmente todo lo que está provocando en ella, pasar límites y reglas de su padre y su clan, arriesgarse a una ataque de un alfa licántropo, pero todo parece poco a comparación de poder estar cerca, poder besarla de nuevo, abrazarla… como muere por abrazarla de verdad y sentir ese calor en su pecho Я схожу с ума* susurra para si misma, pensando en esas cosas que queda mirando hacia el bosque en espera de la morena, mordiendo su labio inferior de forma suave, sin usar sus colmillos.

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Vika casi puede escuchar miles de ideas golpetear entre sí en la mente de la loba que va a su lado, esa sensación de gran confusión y nervios que rodea a la morena es algo que a la rusa le encanta, un mal hábito que parece no podrá detener tampoco en el caso de Dalia, pero no por las mismas razones desagradables que pasa con los demás, en el caso de la loba a la rusa le gusta verla así por ese brillo especial en los ojos achocolatados y por el acelere de su ritmo cardiaco. No sería del todo educado o correcto de mi parte ser muy explícita con eso pero… no quiero solamente probar tu sangre. Quiero… quiero conocer todos los sabores que esconde tu ser Dalia El tono en el que pronuncia cada una de esas palabras que revelan más de lo que ella quisiera es uno bastante seductor, aterciopelado, tratando de atrapar aún más a la pequeña lobita.

La rusa imita la sonrisa de la morena, muy complacida de la respuesta obtenida. ¿Motivación eh? ¿Crees que podría motivarla mostrándole lo que el frío le hace a mi piel o sería mejor intentar buscar de lleno su calor? Vika es una mujer que no espera por nadie, que ama tomar la iniciativa la mayoría de las veces, pero con la loba hay algo que no entiende y que la hace frenar esa parte dominante, casi podría decir que necesita la aceptación de la morena, lo cual la frustra en el fondo.

Vika en el fondo siempre ha pensado eso, que los lobos son medio hippies, y que la lobita que tiene cerca se lo confirme hace que algo de esa nostalgia y tristeza se alejen de su ser. Las caricias de Dalia en el cabello de la ojiverde la relajan y diluyen poco a poco su estado anterior para dejar a una rusa con la sonrisa coqueta que la loba conoció hace unos días. Siempre me han dicho que mis ojos son lo más hermoso que tengo ¿crees que es así? pregunta antes de poder recuperar el tacto mutuo que tanto le faltaba para dejar de estar mal. La rusa pone atención a las palabras y actos de la loba y afirma con su cabeza de forma lenta, mirando a esos ojos chocolate. Me imagine algo así, pero… hay formas de lograr que la tinta se quede, aunque son dolorosas dice ella antes de acercar más a la morena, buscando ese calor. No eres la primera de tu raza que conozco, tengo trucos por si algún día quieres darme el honor de grabar en tu piel no puede evitar decir esto último con un tono casi necesitado, la idea de marcar la piel de la morena es excitante. ¿Sentiste esa helada brisa? Bbbrrrr finge un ligero temblor corporal, en la peor actuación de su vida, buscando solamente atraerla a ella, a sus brazos, donde la hace sentir tantas cosas.

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Las mejillas de la loba le dan una muy obvia señal a la rusa de lo que sus palabras causan en ella y al mismo tiempo esto le genera una gran satisfacción, saberse capaz de lograr eso en una mujer tan especial como Dalia. La risa burlesca de Vika es lo único que responde a sus balbuceos, sin querer hacerla sentir aún más apenada o nerviosa aunque esa vista de la loba le encanta a la híbrida.

Su autoconfianza aumenta en gran medida con esa especie de cumplido de la loba. No se considera la persona con mejor criterio en la mayoría de las situaciones, sin embargo parece que esto le sale natural cuando se trata de la morena, saber en qué momento ser directa y en que otros replegarse un poco, todo lo que sus propios instintos básicos le permiten, y no precisamente los instintos de hacerle daño, unos más placenteros. Confiaré en mi criterio en ese caso susurra de forma coqueta.

Su estado de ánimo antes cabizbajo y notoriamente nostálgico por el tema de su progenitora difunta baja casi por completo cuando esas cejas oscuras y más delicadas que las propias se alzan con sorpresa. Incluso logra emitir un par de carcajadas y alza sus hombros Ojos bonitos… lo recuerdo, pero me gusta escucharlo. Piensa que es en parte un elogio para ella dice señalando con su vista el tatuaje de su muñeca con ese “Angelica” impreso.

El dato del uso del calor para lograr su cometido como tatuadora en la tostada piel de la loba le llama la atención y la hace mirar a la otra con curiosidad impresa en sus orbes esmeraldas, mientras en su cabeza la imagen del sufrimiento que debió pasar la loba en ese momento le causa incomodidad. ¿Así  te lo hicieron? Porque eso no lo tenía pensado del todo. En la piel humana también se realizan ese tipo de señales pero con otros significados, no es un procedimiento ajeno a mi experiencia dice vagamente, solo para dejar constancia de que si ella lo quiere, se puede hacer de esa forma. Sin embargo… hace unos años conocí a otro artista que no era precisamente un humano común, compartimos mi otra mitad de hecho, y él me enseño una técnica diferente, que es dolorosa pero que permite el uso de colores en la piel de tu raza y la de mi padre dice con una sonrisa más confiada. Tú piénsalo y yo estoy a tu disposición, aunque… cobro caro La forma en que lo dice es obvia, con esas pupilas ligeramente dilatadas y el brillo de la seducción en ellas.  Debe reconocer que es mala actriz pero no le cuesta nada hacer que la loba ceda ante su capricho, sin embargo, no esperaba que fuese a hacer lo que hizo. Le sonríe con esa mueca tan suya y toma su chaqueta acercándose con una clara intensión en mente Permítame señorita, quiero que esté cómoda pone su chaqueta entre las piernas de la morena, evitando que cualquier movimiento de esta deje al descubierto lo que guarda bajo esa pequeña falda roja, mientras le guiña con complicidad. Se recuesta con mucho cuidado de no lastimar a la morena, descansando su espalda en el pecho de la otra, con las piernas en forma de indio. De inmediato se siente rodeada por el aroma de la loba y ese calor que le parece tan adictivo, tan placentero y único, como si fuera un pequeño solecito que no la daña como el real podría. Un suspiro largo sale de ella mientras se relaja mas y acomoda su cabeza en uno de los hombros de la morena. Parece que la lobita cedió al final a calentarme ¿qué suerte no? susurra antes de cerrar sus ojos.

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Todas las caras que hace la loba causan un efecto diferente en la rusa, pero esa de frustración que ahora ve le causa mucha gracia, aun así sabe bien que si se ríe ella podría enojarse y todo el buen e interesante ambiente entre ellas se podría ir lejos, eso no le gusta. Por lo cual solo le guiña de forma coqueta a la morena.

El roce de los suaves y calientes dedos de Dalia sobre el tatuaje de su madre le causa escalofríos en la espalda, pero no unos desagradables, al contrario. Le agradece que de cierta forma indirecta, con esas muestras de cariño, la haga sentir cómoda de hablar de su madre pues en su convivencia con su padre no era un tema recurrente, menos aún con sus hermanos. Ella parece que por fin encontró con quien poder hablar de todo.

¿A qué edad te hicieron el tatuaje? la duda surge de inmediato en la cabeza de la rusa y es que tomando en cuenta la edad aparente de la loba, ella cree que quizás en su manada eran más permisivos y más de mente abierta que su clan. La mención de los sitios a elegir por la loba hacen que una sonrisa provocativa se dibuje en los labios rojos de la rusa, quien no dice nada pero las ideas rondan definitivamente en su mente. Si eres muy resistente al dolor creo que sin problemas podríamos intentarlo, pero… seria en mi habitación, donde tengo mi material de trabajo “especial” No quería que aquello sonara a una clara indirecta de llevársela a su habitación aunque sea un deseo latente en su interior. Su respiración se detiene unos segundos cuando el roce de la pequeña y respingada nariz de la morena toca al suya, un gesto que siente muy íntimo y que llena su pecho con un calor intenso que no había sentido antes, le asusta pero le encanta sentir eso. ¡Vamos! no puedes quitarme esa muestra de la lobita traviesa que puedes llegar a ser dice con unas risas que acompañan a la de la morena. Tenerte solo con un sostén por horas sería un pago más que justo, solo para que lo sepas a Vika nadie le gana en ser insinuante y directa al mismo tiempo.

Un largo suspiro de satisfacción sale de Vika en cuanto se siente rodeada por Dalia en todo sentido, no solo su calor y su aroma, sino ese beso que la hace encogerse más entre sus brazos. Lo hice muy bien pero creo que mi encanto natural tiene mucho que ver aquí dice con una sonrisa arrogante antes de reír en tono bajo, moviéndose apenas para oler el cuello de la loba. Esa pequeña acción hace que su piel se estremezca y se muerda los labios para evitar el gemido que quería salir de ella. ¿Si te pido que nos quedemos así toda la noche aceptarías? pregunta ella sin querer moverse ni un milímetro.

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La sorpresa que la rusa siente al saber que la loba tuvo que pasar por ese dolor, que probablemente fue intenso a una muy temprana edad, se refleja en sus orbes esmeraldas. No es capaz de poner en palabras lo que pensaba cuando la lobita ya estaba retomando la conversación, haciendo que la ojiverde sonría. Lobita… mi padre me enseñó a asesinar a los 5 años ¿crees que voy a juzgar de mala forma a tus padres por hacerte la marca de tu manada a los 8? pregunta con un guiño Solo me da curiosidad saber si con el paso de los años te has hecho más resistentes al dolor y si no te dolió al grado de perder la consciencia dice acariciando una de las mejillas de la loba. Seas lo fuerte que seas todos tenemos un límite para el dolor Y la idea de verla sufrir simplemente no cuadra en su mente, no es algo que ella permita de ahora en más.

La rusa sabe cómo sonó su propuesta pero tampoco se arrepiente al ver la reacción jocosa de la morena, que la hace mirarla de una forma coqueta. Pues sí, no puedo estar sacando los líquidos especiales con los que podría poner color a tu piel, son… sensibles dice ella con una sonrisa juguetona, aunque no miente en eso de los reactivos, ese nuevo juego entre ellas con las insinuaciones le agrada de más. Pues me gusta que seas así un poco, aunque… admito que verte sonrojada y apenada me gusta mucho mas, te ves adorable lobita. Y sí, creo que podrías cubrir el precio del tatuaje y si no se me ocurre una forma de dejar saldado cualquier cuota que falte. Vika toma nota de las opciones que rondan la mente de la morena, sonriendo con cierto brillo en sus ojos verdes por la última opción, pero no quiere aún decirle sobre su don de escuchar los pensamientos.

Paz, armonía, esas y mil cosas más siente cuando el calor de la loba la envuelve. La necesidad muda de no querer separarse por un buen raro de ella es cada vez más fuerte, cosa que la asusta pero algo en su instinto vampírico también pelea con ese miedo, anteponiendo la necesidad de marcar a la morena como suya, territoriedad. Claramente lobita le sigue la broma y suspira cuando ese apretón la pega por completo al cuerpo cálido y suave de la menor. Ríe acercándose más al cuello de Dalia, casi rosándolo con su nariz antes de aspirar profundo, llenándose de ella, de su esencia que la marea y la eleva de una forma única, que ni la sangre más fina y delicada ha logrado en sus más de 100 años de vida- ¿Frío teniendo a una hermosa lobita que esta tan calientita y me tiene bien abrazada? pregunta de forma irónica antes de moverse un poco para quedar de lado, con ambas piernas a un extremo. ¿Crees que pueda besarte sin tentar a la lobita? pregunta la rusa, acariciando la mejilla de la morena mientras junta sus frentes, sintiendo el corazón galopar en su pecho.

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Aunque la rusa no tiene una idea clara de lo que pasa por la cabeza de la loba, con ese pensamiento, esas simples dos palabras, tiene cierta seguridad de que la morena no la ve del todo como un simple monstruo, una asesina, o si así es también la encuentra atractiva a pesar de eso, un punto que muy en su foro interno la tranquiliza, pues no puede dejar de ser como es, abandonar sus hábitos alimenticios en cuanto a sangre se refiere no es una posibilidad, lo ha intentado varias veces. Una ráfaga de calor llena el pecho de la ojiverde al ver el simple y tierno gesto de la loba contra su mano y no pierde tiempo, acariciando con suavidad esa linda piel a la vez que le sirve de apoyo. ¿Ningún dolor jamás te ha doblegado? la pregunta escapa con sorpresa de sus labios, dejando que la otra se pierda en sus ojos o eso siente en su profunda mirada.

Una mirada suspicaz y ladina expresa las ideas poco decorosas de la mente de Vika para con Dalia. No, es algo más… herbal por decirlo de una forma, pero te causará dolor sin dudas Supergirl Ella ya había visto el funcionamiento de esa infusión especial en la piel de un licántropo y de cierta forma la idea de ver pasar a la morenita por ese dolor no le parece del todo bueno pero sus ganas de dejar una marca en ella es egoístamente mayor.

Es consciente de las reacciones de la loba contra sus acciones y cada una le fascina más que la anterior. El peligro las ronda sin lugar a dudas, una es el veneno de la otra y eso le agrega emoción al asunto, pero al mismo tiempo hay algo que la rusa aún no logra descifrar, que la une a la morena de forma especial. Se acomoda más contra ese pequeño pero fuerte cuerpo, recargando su mejilla contra uno de sus pequeños hombros Lo eres Dalia, créeme La mirada ajena que nota sobre sus labios le divierte y la provoca humedeciéndolos con su lengua rosada, usando sus mejores armas contra la pobre morena, pero en esta pequeña guerra de instintos ella no quiere perder y en realidad quiete volver a probar esos ricos labios que la han encantado en el sentido más literal de la palabra, la embelesan solo de verlos. No me gusta que me den negativas lobita… advierte antes de moverse para rosar sus labios directamente sobre los de la morena, soltando su aliento levemente más frío. Me gusta tomar lo que quiero y en este momento solo quiero quedarme un rato más envuelta en tu calor, tu aroma y el rose de tus labios Dalia… por favor susurra de forma casi suplicante, con su mirada esmeralda oculta bajo sus párpados levemente maquillados, mientras sus labios incitan más a los de la loba.

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Vika es buena leyendo las reacciones de la gente y más allá de eso percibiendo el cambio en las miradas de las personas, en su aura si es que eso existe, un rasgo quizás de la parte mágica de su madre, y no pasa desapercibido el cambio en la actitud de la morena, a la que no nota muy segura en su negativa. No sabe realmente el dolor que ha tenido que vivir la licántropa pero algo en su interior la insta a no preguntar por ahora pero no olvidar el tema para un futuro. Asiente y continúa la caricia unos segundos más.
La mira con una sonrisa retadora, le gusta esa actitud valiente de la morena, a decir verdad le encanta. En ese caso creo que tienes a una tatuadora a tu disposición para hacerte el tatuaje que desees Dalia… con el consecuente pago claro esta dice con una risa ronca y seductora, solo de pensar en la loba con el pecho descubierto el interior de la rusa comienza a arder.
Cada pequeña parte del cuerpo de la rusa parece más sensible de lo común al tacto caliente de la morena, es electrificante y placentero. Se acomoda más pegada al cuerpo de la loba en cuanto los labios de ambas se rosan No, no me parece susurra en una actitud testaruda pero realmente no quiere separarse de ella. La voz de la lobita la despierta de ese estupor en el que se encuentra con los labios de ella tan cerca. Probablemente hacerme cachitos con sus garras y colmillos y luego hacerme arder, solo por besar a su hermanita dice con cierta gracia en la voz, abriendo sus ojos para encontrarse con esos achocolatados. Hagamos algo, porque no quiero buscarte problemas… déjame acompañarte hasta donde tengas tu habitación y deberás darme tu número de celular, porque no te podrás deshacer de mi tan fácil, menos ahora que se que vives aquí mismo dice con emoción casi infantil, se siente realmente prendada de la loba de una forma casi estúpida. ¿Trato? pregunta antes de robar un suave beso de esos labios cálidos y dulces.

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