¿Un trago? (Victoria)

Un día bastante agotador era como podía describir el día de hoy, me dolían mis pies y mis mejillas de sonreír tanto, tantas locaciones, poses y calles en las cuales tenia que caminar bajo el sol, no podía empeorar o por lo menos eso esperaba. Uno de los coches de la agencia me dejo en las calles de la ciudad y sin dudarlo entre a un bar, si, no era lo mejor para mi en este momento. Llevaba bastante tiempo lejos del alcohol pero por ser un bar no significaba que solo tenían bebidas con alcohol. Siempre me había gustado este lugar en general, desde la decoración, las personas y … los tragos.

Entre al lugar y me senté en la barra, las personas ya me conocían, un hombre y una mujer muy amables y atractivos de ser sincera, me ofrecieron algo de tomar así que solo pedí una soda ¿es que podría ser tan fuerte? Hoy podría ser un punto en el que lo descubriría y sabría si realmente lo era o podía ser corrompida fácilmente.

Simplemente no tenía ganas de estar en el Hotel, no cuando en cualquier vuelta que diera pudiera encontrar a las hermanitas Maz. No que no me gustara estar con ellas, pero los últimos encuentros habían resultado ser bastante peligrosos. Además, Danielle me tenía muy confundida. Y no había nada mejor para ignorar esa confusión que un trago.
Así que pronto me encontré entrando en un bar; podría haber ido al del Hotel, pero la idea era alejarme, no hundirme más en mi patética miseria. Mientras me acercaba a la barra miraba en derredor, conociendo un poco el ambiente, grabando rostros en mi retina. Todos eran potenciales victimas o atacantes. Y yo era quien solía interponerse en medio.
Negando, me senté en la punta y pedí al encargado de turno una cerveza. Entonces recorrí la larga madera pulida hasta notar a una joven muy bella, mirando en su refresco, como si pudiese encontrar todas las respuestas en el fondo del vaso. Al parecer yo no era la única que necesitaba una vía de escape.