¿Quién está en línea?
En total hay 5 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 5 Invitados :: 1 Motor de búsquedaNinguno
El record de usuarios en línea fue de 66 durante el Dom Abr 22, 2018 8:31 am
Anuncios
No hay anuncios disponibles.
< Un Shakespeare remasterizado | Dalia Maz >
Página 2 de 2. • Comparte
Página 2 de 2. • 1, 2
< Un Shakespeare remasterizado | Dalia Maz >
Recuerdo del primer mensaje :
Han pasado varios días luego del encuentro que la rusa y la morena tuvieron en el evento que se hizo en el centro de París, donde al final acabaron separadas. Vika intenta darle espacio a la loba, sin embargo se le hace casi imposible aguantar las ganas de volverla a buscar. Algo le ha hecho esa morena que no puede sacarla de su cabeza y la necesidad de verla, escucharla, sentir su calor, se hace cada vez menos soportable, algo realmente nuevo para la rusa que siempre se ha jactado de su independencia.
Al final no pudo aguantar más y con solo un par de mensajes al móvil de la loba, ahora se dirige la habitación de ese pequeño edificio de los empleados del hotel. Lo rodea con cautela pues la idea de que la alfa de su lobita anda cerca la tiene en el fondo alerta y preocupada, pero es algo que no aceptará a viva voz, su orgullo puede más. Finalmente calcula cuál debe ser la ventana de la chica, la única abierta además, y apenas tomándose unos minutos de preparación, se ayuda de un árbol cercano y de la misma arquitectura de la pared externa del edificio para escalar, como todo un Romeo, hasta la ventana de la cual se agarra con ambas manos, asomando solo la cabeza esperando no haber errado o que la loba le haya engañado. ¿Dalia? pregunta en voz baja y al notar que no erró sonríe y mete la mitad derecha de su cuerpo por la ventana, sentada en el borde de esta. Hay para mí más peligro en tus ojos que en afrontar veinte espadas desnudas. Concédeme tan sólo una dulce mirada, y eso me basta para desafiar el furor de todos recita de forma teatral pero baja, como en un secreto, esas líneas que espera la otra reconozca para seguir el chiste interno.
Al final no pudo aguantar más y con solo un par de mensajes al móvil de la loba, ahora se dirige la habitación de ese pequeño edificio de los empleados del hotel. Lo rodea con cautela pues la idea de que la alfa de su lobita anda cerca la tiene en el fondo alerta y preocupada, pero es algo que no aceptará a viva voz, su orgullo puede más. Finalmente calcula cuál debe ser la ventana de la chica, la única abierta además, y apenas tomándose unos minutos de preparación, se ayuda de un árbol cercano y de la misma arquitectura de la pared externa del edificio para escalar, como todo un Romeo, hasta la ventana de la cual se agarra con ambas manos, asomando solo la cabeza esperando no haber errado o que la loba le haya engañado. ¿Dalia? pregunta en voz baja y al notar que no erró sonríe y mete la mitad derecha de su cuerpo por la ventana, sentada en el borde de esta. Hay para mí más peligro en tus ojos que en afrontar veinte espadas desnudas. Concédeme tan sólo una dulce mirada, y eso me basta para desafiar el furor de todos recita de forma teatral pero baja, como en un secreto, esas líneas que espera la otra reconozca para seguir el chiste interno.
< Edificio de Empleados, por la tarde | Look at me >
Hedvika Kelevra
Re: < Un Shakespeare remasterizado | Dalia Maz >
—Que románticas que te has puesto, quién diría que eres una brujita cruel ¿Acaso es una trampa para enterrar tus colmillos en mi cuello?—intensifico su mirada en la vampira. Era fuerte, tanto como para no caer tan fácilmente a su mirada, pero ambas a pesar de sus fortalezas se habian vuelto cada vez más volubles a la otra. El juego no había terminado, estaba recien comenzando, y quien fuera la primera en volverse débil con la otra perdería... y Dalia sentía que esa era ella. Medio soslayó una sonrisa cuando sus pensamientos volvierón a ordenarse, quizás era mejor no pensar en aquello, por ahora.
Bien, a pesar de la crueldad que involugraban a veces el humor negro que tenía la vampira no pudo evitar reírse, y a la vez mover la cabeza de lado a lado intentando mantener su integridad licántropa—Eres ácida—comentó en referencia a su humor, mientras sonreía, cosa que la vampira no pudo notar pues bajo la mirada, a lo que Dalia respondío levantando con delicadesa el menton de esta—ey, ey... nadie puede negar su naturaleza—le dijo y beso tiernamente los labios de esta—Además creo que soy la única lobo-hippie que queda, quizás debería habértelo advertido— el humor de la loba seguía intacto a pesar de su cuerpo seguía un poco convaleciente, pero el dolor físico no era un problema para ella, por ello era fácil actuar como si no fuera nada y juguetear con los cabello de vampira. Pero al parecer esas ideas no las compartia Hedvika, fue algo nuevo para la loba verse con las muñecas fuertemente tomadas y con la mirada acusadora de la vampira sobre sus ojos—Nada grave, no tienes que actuar así—dijo soltándose del amarré de la vampira, o por lo menos intentándolo—Tuvimos asuntos que resolver como manada, y nos atacaron unos cazadores.. la plata no nos hace bien—comentó y luego, tras soltar una de sus manos, levantó unos mechones de cabello para que vampira pudiera ver el efecto de la plata en su piel. Un manchón negro, medio sanando y con algunas rojeces en la punta de su oreja aparecieron al instante. Luego tomo el cuello de su polera y lo estiro hasta dejar a al vista la herida más grande, aquella que había dejado la lanza insertada en su hombro y la cuerda de plata contra su cuello, todo con el mismo patrón que la herida de su oreja—Lo bueno es que mis manos sanaron rápido—enseño sus manos a esta, casi inmaculadas, casi como un trofeo de batalla, sonriente como si nada hubiera pasado.
Bien, a pesar de la crueldad que involugraban a veces el humor negro que tenía la vampira no pudo evitar reírse, y a la vez mover la cabeza de lado a lado intentando mantener su integridad licántropa—Eres ácida—comentó en referencia a su humor, mientras sonreía, cosa que la vampira no pudo notar pues bajo la mirada, a lo que Dalia respondío levantando con delicadesa el menton de esta—ey, ey... nadie puede negar su naturaleza—le dijo y beso tiernamente los labios de esta—Además creo que soy la única lobo-hippie que queda, quizás debería habértelo advertido— el humor de la loba seguía intacto a pesar de su cuerpo seguía un poco convaleciente, pero el dolor físico no era un problema para ella, por ello era fácil actuar como si no fuera nada y juguetear con los cabello de vampira. Pero al parecer esas ideas no las compartia Hedvika, fue algo nuevo para la loba verse con las muñecas fuertemente tomadas y con la mirada acusadora de la vampira sobre sus ojos—Nada grave, no tienes que actuar así—dijo soltándose del amarré de la vampira, o por lo menos intentándolo—Tuvimos asuntos que resolver como manada, y nos atacaron unos cazadores.. la plata no nos hace bien—comentó y luego, tras soltar una de sus manos, levantó unos mechones de cabello para que vampira pudiera ver el efecto de la plata en su piel. Un manchón negro, medio sanando y con algunas rojeces en la punta de su oreja aparecieron al instante. Luego tomo el cuello de su polera y lo estiro hasta dejar a al vista la herida más grande, aquella que había dejado la lanza insertada en su hombro y la cuerda de plata contra su cuello, todo con el mismo patrón que la herida de su oreja—Lo bueno es que mis manos sanaron rápido—enseño sus manos a esta, casi inmaculadas, casi como un trofeo de batalla, sonriente como si nada hubiera pasado.
Dalia Maz
Edad : 28
Re: < Un Shakespeare remasterizado | Dalia Maz >
La rusa le sonríe con ternura a la loba cuando bromea sobre su romanticismo. Al haber nacido hace más de un siglo, en una época donde el romanticismo se respiraba en cada segundo, Vika creció con eso, con ideas antiguas que con los años se han mezclado con modernas, generando en ella una especie de idea modernizada y algo cínica del romanticismo. Para serte sincera creo que no tendría que engatusarte de esa manera para hincarte el diente lobita dice muy pagada de sí misma pero antes de generar una discordia entre ambas por esa actitud retoma la palabra Pero he hecho no tengo intensiones de hacerte eso, este bello cuello solo lo quiero llenar de besos y cariños, mi hermosa lobita susurra acariciando apenas con sus frescas yemas la piel del cuello ajeno por donde pasa su pulso.
El humor de la rusa es algo que pocos entienden y menos aún soportan o comparten, pero ella no es de mostrarse diferente solo por agradar a alguien, ya no más, menos cuando solo está en la bella compañía de la morena que le ha robado horas de sueño y algunas veces el apetito. Solo alza ambos hombros en señal de abatimiento ante el juicio de la loba, ella es así pero parece no molestarle a la castaña y eso deja un poco de paz en su interior.
Es casi un bálsamo de paz cuando siente los labios de la loba sobre los suyos luego de excusarla de su propia naturaleza, el que la comprenda y no la juzgue por lo menos de viva voz es algo que la ojiverde aprecia demasiado, que le quita cierto peso de encima pues desde que conoció a la lobita algo en ella ha venido cambiando aunque aún no sabe descifrar qué es, solo siente que debe hacer las cosas bien con ella. Una lobita hippie con una mitad vampiro que solo soporta la sangre humana… ¿no seremos una bomba de tiempo? pregunta con miedo antes de rosar su nariz con la de la loba, esa caricia que se han hecho antes le encanta y llena su pecho de calidez. El pulso de Vika se acelera aún sin saber lo que paso con su loba, pero reacciona cuando ella se deshace de su fuerte agarre del que no era consciente antes. Plata... la rusa sabía poco del elemento en contra de los licántropos pero conforme las marcas en la suave piel de su morena se descubren ante sus ojos siente algo desagradable en el estomago, una mezcla entre preocupación y enojo. Dalia... susurra apenas con voz. Siente deseos de asesinar a los causantes, cerrando sus manos en puños muy apretados a tal grado que se lastima a si misma. ¿Siguen vivos?... los que causaron eso pregunta entre siseos de odio y descontrol, sintiendo como sus colmillos salen, amenazantes, listos para matar despiadadamente. El odio la ciega por un momento, pero con solo ver los ojos de chocolate que tiene enfrente se da cuenta de que ahora lo importante es su loba, no la venganza, por lo menos no por ahora. Toca con mucho cuidado las marcas negras del cuello ajeno, con miedo de herirla ¿Duele? pregunta antes de acunar su rostro con ambas manos, con la mirada llena de preocupación y dolor. Sé que eres una loba fuerte y capaz de defenderse sola pero... igual quiero que entiendas que para mi no es nada fácil verte así, herida. ¿Y qué paso con tu oreja, se ve diferente susurra moviendo con el mismo cuidado el cabello que tapa su visión de esa porcion de piel de su loba.
El humor de la rusa es algo que pocos entienden y menos aún soportan o comparten, pero ella no es de mostrarse diferente solo por agradar a alguien, ya no más, menos cuando solo está en la bella compañía de la morena que le ha robado horas de sueño y algunas veces el apetito. Solo alza ambos hombros en señal de abatimiento ante el juicio de la loba, ella es así pero parece no molestarle a la castaña y eso deja un poco de paz en su interior.
Es casi un bálsamo de paz cuando siente los labios de la loba sobre los suyos luego de excusarla de su propia naturaleza, el que la comprenda y no la juzgue por lo menos de viva voz es algo que la ojiverde aprecia demasiado, que le quita cierto peso de encima pues desde que conoció a la lobita algo en ella ha venido cambiando aunque aún no sabe descifrar qué es, solo siente que debe hacer las cosas bien con ella. Una lobita hippie con una mitad vampiro que solo soporta la sangre humana… ¿no seremos una bomba de tiempo? pregunta con miedo antes de rosar su nariz con la de la loba, esa caricia que se han hecho antes le encanta y llena su pecho de calidez. El pulso de Vika se acelera aún sin saber lo que paso con su loba, pero reacciona cuando ella se deshace de su fuerte agarre del que no era consciente antes. Plata... la rusa sabía poco del elemento en contra de los licántropos pero conforme las marcas en la suave piel de su morena se descubren ante sus ojos siente algo desagradable en el estomago, una mezcla entre preocupación y enojo. Dalia... susurra apenas con voz. Siente deseos de asesinar a los causantes, cerrando sus manos en puños muy apretados a tal grado que se lastima a si misma. ¿Siguen vivos?... los que causaron eso pregunta entre siseos de odio y descontrol, sintiendo como sus colmillos salen, amenazantes, listos para matar despiadadamente. El odio la ciega por un momento, pero con solo ver los ojos de chocolate que tiene enfrente se da cuenta de que ahora lo importante es su loba, no la venganza, por lo menos no por ahora. Toca con mucho cuidado las marcas negras del cuello ajeno, con miedo de herirla ¿Duele? pregunta antes de acunar su rostro con ambas manos, con la mirada llena de preocupación y dolor. Sé que eres una loba fuerte y capaz de defenderse sola pero... igual quiero que entiendas que para mi no es nada fácil verte así, herida. ¿Y qué paso con tu oreja, se ve diferente susurra moviendo con el mismo cuidado el cabello que tapa su visión de esa porcion de piel de su loba.
< Edificio de Empleados, por la tarde | Look at me >
Hedvika Kelevra
Re: < Un Shakespeare remasterizado | Dalia Maz >
Por un momento piensa las palabras de Vika, pero solo un segundo duró la idea de verse a ellas mismas destruyéndose entre sí, solo eso, pues al instante Dalia se encontraba dibujando números imaginarios en la frente de la vampira—Pues, ya que lo dices.. parece que te quedarán solo 2 minutos para explotar ¿Cuánto me ves a mí?— preguntó levantando el gorro y quitándoselo de la cabeza. Sonrió—Si te sirves de algo, las hippies como yo respetamos la vida de todos, incluso de los que no parecen vivos—Bromeó.
Fue fácil incomodarse un poco cuando Vika la tomo con fuerza, nunca había sentido esa clase de potencia sobre sus huesos, no sin ella estando preparada para el ataque y dispuesta a devolverlo con la potencialidad de una licántropo, por lo que Dalia se demoró un tiempo en notar que aquello era solamente preocupación, en especial cuando con un susurro de voz Vika carcomió su ser al nombrar su nombre—No pongas esos ojitos—comento, y es que nunca había visto los ojos de alguien caer de esa manera, y menos a Hedvika, por lo menos no cuando se trataba de ella. Su mirada se comparo un poco a cuando la vampira hablaba de su madre, pero Dalia no se iba a apresurar en sacar ese tipo de conclusiones, era muy pronto—Solo se nos escapó uno, el restro murio desangrado, quizás debi llamarte para que limpiarás la escena— comento pues la atmosfera había pasado de ser una chachara coqueta a una melancolica.
Un aroma extraño le llego a la nariz, la sangre de Vika había aumentado su olor, por lo que Dalia no tardo en fijar sus ojos en las manos de esta—¿Qué rayos estas haciendo?—increpó a la vampira tomando sus manos y esperando que esta cediera a enseñárselas—Soy una licántropo Vika—dijo acomodándose a un lado del sillón blanco, para poder ver los ojos de ella directamente—Dolió, no te mentiré, pero sano rápido.. si fuera una loba común aún estaría muy débil. No debes preocuparte—intentó consolar a su bruja, ella se veía mucho más preocupada; eso le hizo recordar a su hermana, casi igual de preocupada y a la vez extrañada de que sus heridas no hubieran sanado. Dalia correspondía eso a que no habia sido capaz de alimentarse de la carne de los humanos, por lo que era la menos preocupada de todas. Seguramente, su Diosa la ayudaría— ah.. mi oreja—dijo tapando nuevamente la herida—Cuando estas en forma de lobo y hace zigzag hacia un cazador con un arma de plata, esta te dispara, existe la posibilidad de que te llegue alguna bala..y se lleve una parte de tu oreja—tomo nuevamente el plato de carne, y se llevó a la boca dos trozos—Pero mientras me alimente bien estos días, yo y mi oreja estaremos bien—.
Fue fácil incomodarse un poco cuando Vika la tomo con fuerza, nunca había sentido esa clase de potencia sobre sus huesos, no sin ella estando preparada para el ataque y dispuesta a devolverlo con la potencialidad de una licántropo, por lo que Dalia se demoró un tiempo en notar que aquello era solamente preocupación, en especial cuando con un susurro de voz Vika carcomió su ser al nombrar su nombre—No pongas esos ojitos—comento, y es que nunca había visto los ojos de alguien caer de esa manera, y menos a Hedvika, por lo menos no cuando se trataba de ella. Su mirada se comparo un poco a cuando la vampira hablaba de su madre, pero Dalia no se iba a apresurar en sacar ese tipo de conclusiones, era muy pronto—Solo se nos escapó uno, el restro murio desangrado, quizás debi llamarte para que limpiarás la escena— comento pues la atmosfera había pasado de ser una chachara coqueta a una melancolica.
Un aroma extraño le llego a la nariz, la sangre de Vika había aumentado su olor, por lo que Dalia no tardo en fijar sus ojos en las manos de esta—¿Qué rayos estas haciendo?—increpó a la vampira tomando sus manos y esperando que esta cediera a enseñárselas—Soy una licántropo Vika—dijo acomodándose a un lado del sillón blanco, para poder ver los ojos de ella directamente—Dolió, no te mentiré, pero sano rápido.. si fuera una loba común aún estaría muy débil. No debes preocuparte—intentó consolar a su bruja, ella se veía mucho más preocupada; eso le hizo recordar a su hermana, casi igual de preocupada y a la vez extrañada de que sus heridas no hubieran sanado. Dalia correspondía eso a que no habia sido capaz de alimentarse de la carne de los humanos, por lo que era la menos preocupada de todas. Seguramente, su Diosa la ayudaría— ah.. mi oreja—dijo tapando nuevamente la herida—Cuando estas en forma de lobo y hace zigzag hacia un cazador con un arma de plata, esta te dispara, existe la posibilidad de que te llegue alguna bala..y se lleve una parte de tu oreja—tomo nuevamente el plato de carne, y se llevó a la boca dos trozos—Pero mientras me alimente bien estos días, yo y mi oreja estaremos bien—.
Dalia Maz
Edad : 28
Re: < Un Shakespeare remasterizado | Dalia Maz >
La rusa mira la forma tan relajada en que la loba toma el asunto de ser una bomba de tiempo y decide seguir por la misma línea. Ponerse seria nunca ha sido lo suyo en realidad. Mmmm… tú estás a 5 minutos, así que me verás explotar primero digo con una pequeña sonrisa. ¿Acaso estás dando a entender que soy un zombie? No es lindo burlarse de mi palidez dice haciéndose la ofendida por las palabras de la morena, acompañando la actuación con un puchero.
No sabe realmente a qué clase de mirada de refiere Dalia, lo único que sabe es que no puede mirarla de otra forma. Saber que sufrió aunque sea un mínimo de dolor la mata por dentro. No sabe realmente cuándo paso pero siente demasiado por ella, demasiado incluso para intentar ponerlo en palabras lógicas. Baja la mirada y niega con un gesto de incomodidad.
Si me hubieras llamado hubiera hecho más desastre, no me conoces cuando salgo de control y espero que jamás lo hagas… no quiero que te alejes de mi Esas palabras tan honestas, tan llenas de miedo y verdad, salen de los labios rojos sin siquiera pensarlo, sin darse cuenta de todos los significados entre líneas que lanza con estas.
No pone mucha resistencia a mostrarle sus manos. Las palmas ensangrentadas con las marcas de sus propias uñas clavadas en su blanca piel. N-nada balbucea antes limpiar sus manos en la tela de sus pantalones, descuidada como nunca antes, pero el shock de saber que su morena sufrió un ataque aún perdura en su mente y lo único que quiere es cuidarla. ¿Cómo estarías tú si yo llegara con heridas por todo el cuerpo Dalia? pregunta con preocupación y tristeza, acariciando una de sus mejillas. Le da cierta tristeza mirar cómo se vuelve a tapar la oreja herida pero la mención de una bala le revuelve el estómago de forma sorpresiva. Dime que el imbécil que hizo eso está hecho pedazos en algún lugar sisea apretando los dientes.
La mira tomar el cuenco de nuevo y suspira. No sé si funciona igual que con el clan de mi padre pero… creo que necesitas algo más fresco que eso sugiere omitiendo la parte de “y más humano”, con lo poco que conoce a su lobita sabe que ella jamás probará a un humano y adora intensamente esa fuerza de voluntad, ese temple que hace a la loba más increíble para ella. ¿Qué tal si te traigo algo vivo… conejo, ardilla… lo que me pidas y pese más de 5 kilos? propone la híbrida antes de acercarse y con una mano en el mentón de la loba hace que la mire. Quita el cabello para mirar la oreja lastimada y se acerca, dejando un beso muy suave en ella. Esta vez estaré con tu Alfa y no saldrás de aquí hasta que esta linda orejita este como antes… pero eso no quiere decir que no me tendrás aquí siempre que tu alfa esté distraída dice con una sonrisa pícara antes de besar los labios de la morena, con todo el cuidado del mundo.
No sabe realmente a qué clase de mirada de refiere Dalia, lo único que sabe es que no puede mirarla de otra forma. Saber que sufrió aunque sea un mínimo de dolor la mata por dentro. No sabe realmente cuándo paso pero siente demasiado por ella, demasiado incluso para intentar ponerlo en palabras lógicas. Baja la mirada y niega con un gesto de incomodidad.
Si me hubieras llamado hubiera hecho más desastre, no me conoces cuando salgo de control y espero que jamás lo hagas… no quiero que te alejes de mi Esas palabras tan honestas, tan llenas de miedo y verdad, salen de los labios rojos sin siquiera pensarlo, sin darse cuenta de todos los significados entre líneas que lanza con estas.
No pone mucha resistencia a mostrarle sus manos. Las palmas ensangrentadas con las marcas de sus propias uñas clavadas en su blanca piel. N-nada balbucea antes limpiar sus manos en la tela de sus pantalones, descuidada como nunca antes, pero el shock de saber que su morena sufrió un ataque aún perdura en su mente y lo único que quiere es cuidarla. ¿Cómo estarías tú si yo llegara con heridas por todo el cuerpo Dalia? pregunta con preocupación y tristeza, acariciando una de sus mejillas. Le da cierta tristeza mirar cómo se vuelve a tapar la oreja herida pero la mención de una bala le revuelve el estómago de forma sorpresiva. Dime que el imbécil que hizo eso está hecho pedazos en algún lugar sisea apretando los dientes.
La mira tomar el cuenco de nuevo y suspira. No sé si funciona igual que con el clan de mi padre pero… creo que necesitas algo más fresco que eso sugiere omitiendo la parte de “y más humano”, con lo poco que conoce a su lobita sabe que ella jamás probará a un humano y adora intensamente esa fuerza de voluntad, ese temple que hace a la loba más increíble para ella. ¿Qué tal si te traigo algo vivo… conejo, ardilla… lo que me pidas y pese más de 5 kilos? propone la híbrida antes de acercarse y con una mano en el mentón de la loba hace que la mire. Quita el cabello para mirar la oreja lastimada y se acerca, dejando un beso muy suave en ella. Esta vez estaré con tu Alfa y no saldrás de aquí hasta que esta linda orejita este como antes… pero eso no quiere decir que no me tendrás aquí siempre que tu alfa esté distraída dice con una sonrisa pícara antes de besar los labios de la morena, con todo el cuidado del mundo.
< Edificio de Empleados, por la tarde | Look at me >
Hedvika Kelevra
Re: < Un Shakespeare remasterizado | Dalia Maz >
Dalia ríe y posa delicadamente sus dedos para tomar el pulso de la vampira, se la queda observando por unos segundos; la miraba con cara de estar buscando algo, ambas sabían que era solo un teatro pues la vampira, a pesar de ser una híbrida no poseía pulso- Sí, creo que se te puede decir zombie- se burló y luego lanzó un beso sonoro al aire dirigido para la ojiverde.
Ladeo la cabeza un poco y luego de escuchar las palabras llenas de sentimientos de Vika, la loba quedó muda y solo tuvo tiempo para acomodarse junto a ella y besar delicadamente el borde de sus labios y luego estos, dejando su aroma impregnado en ella- Los asesinaría- dijo seriamente mirando los penetrantes ojos penetrantes de ella-No dudo de tu fuerza y de que habría sido útil, pero tu eres mucho menos resistente que yo, no quisiera que te metieras en líos que te puedes ahorrar, como los de mi manada-Dalia pensó un poco en eso acomodándose en el hombro de esta, omitiría datos sobre los problemas de la manada, para no preocupar de la vampira.
Tomó el bol nuevamente y se llevo un pedazo de carne a la boca y lo masticó lentamente-[color=indianred]¿Estás diciendo que mi comida no es decente?{/color]- agarró un trozo de esta y lo ladeo de un lado a otro-Esta bien, no esta tan buena, pero no hay hospitales para lobos en recuperación de plata, por lo menos no aquí- pensó un poco en eso, en portugal solían haber refugios para ellos, en especial para los que eran heridos con plata. Grupo de lobos se encargaban de traer carne fresca para los heridos, y los sanadores asistían. Extraba un poco aquello, aquel submundo de hermandad y cuidado que no existía, pues hasta el momento no había podido encontrar ninguna manada en paris, o en sus alrededores, quizás los cazadores ya se habían encargado de todos ellos.
Cerró los ojos por unos segundos y solo se dedico a escuchar la voz de Hedvika, un poco de cansancio se le había metido al cuerpo, pero ella sabía que debía mantener la compostura frente a la vampira, por lo que no tardó en abrirlo y sonreír como siempre-Sabes no es tan mala idea, aunque claro.. tu no comes animales, pero podríamos tener una cena romántica aquí ¿qué crees? ya que no me dejarás salir de aquí al igual que Danielle, puedes ir a cazar y para mientras yo preparo algo, busco un vino, saco las copas y los manteles rojos...-dijo mirándola coquetamente y besando por un segundo la mejilla gélida de ella.
Ladeo la cabeza un poco y luego de escuchar las palabras llenas de sentimientos de Vika, la loba quedó muda y solo tuvo tiempo para acomodarse junto a ella y besar delicadamente el borde de sus labios y luego estos, dejando su aroma impregnado en ella- Los asesinaría- dijo seriamente mirando los penetrantes ojos penetrantes de ella-No dudo de tu fuerza y de que habría sido útil, pero tu eres mucho menos resistente que yo, no quisiera que te metieras en líos que te puedes ahorrar, como los de mi manada-Dalia pensó un poco en eso acomodándose en el hombro de esta, omitiría datos sobre los problemas de la manada, para no preocupar de la vampira.
Tomó el bol nuevamente y se llevo un pedazo de carne a la boca y lo masticó lentamente-[color=indianred]¿Estás diciendo que mi comida no es decente?{/color]- agarró un trozo de esta y lo ladeo de un lado a otro-Esta bien, no esta tan buena, pero no hay hospitales para lobos en recuperación de plata, por lo menos no aquí- pensó un poco en eso, en portugal solían haber refugios para ellos, en especial para los que eran heridos con plata. Grupo de lobos se encargaban de traer carne fresca para los heridos, y los sanadores asistían. Extraba un poco aquello, aquel submundo de hermandad y cuidado que no existía, pues hasta el momento no había podido encontrar ninguna manada en paris, o en sus alrededores, quizás los cazadores ya se habían encargado de todos ellos.
Cerró los ojos por unos segundos y solo se dedico a escuchar la voz de Hedvika, un poco de cansancio se le había metido al cuerpo, pero ella sabía que debía mantener la compostura frente a la vampira, por lo que no tardó en abrirlo y sonreír como siempre-Sabes no es tan mala idea, aunque claro.. tu no comes animales, pero podríamos tener una cena romántica aquí ¿qué crees? ya que no me dejarás salir de aquí al igual que Danielle, puedes ir a cazar y para mientras yo preparo algo, busco un vino, saco las copas y los manteles rojos...-dijo mirándola coquetamente y besando por un segundo la mejilla gélida de ella.
Dalia Maz
Edad : 28
Re: < Un Shakespeare remasterizado | Dalia Maz >
La broma del zombie hace que la rusa mire a la morena con una de sus oscuras cejas arqueada de indignación, aunque claro que fingida pues esa pequeña morena la tiene comiendo de su mano aunque no se lo diga verbalmente. En ese caso le daré un mordisco a tu cerebro morena graciosa dice con una sonrisa juguetona. Empezaré con tu mejilla. No pierde tiempo y la muerde en esa zona, riendo al alejarse para mirar sus ojitos chocolate.
Dalia logra calmar todos los malos pensamientos que sobrepasaban la cabeza de la rusa de solo pensar en que su loba sufriera por cualquier cosa, y solo con su cercanía y esos besos que la dejan con ganas de mucho más. Sé que no soy fuerte, no soy ni una cosa ni otra y odio estar en este estúpido estado medio pero… sabes que te defendería con mis colmillos y mis uñas afiladas y con gusto electrocutaría a todo aquel que intente tocarte. Ella aún no le cuenta sobre ese don con el que aparentemente nació pues de igual forma no lo controla muy bien. La abraza a su cuerpo y besa la frente de la lobita. Tal vez yo quiero meterme en esos líos también susurra apenas pero sabe bien que ella la escuchará, esas orejitas son poderosas.
Miles de posibilidades pasan por la mente de Vika, quizás exista algún lugar parecido a lo que ella demanda no existe, solo es cosa de preguntar a las personas correctas y en ese momento el no tener contactos estratégicos frustra a la rusa. No como sangre de animales pero como lo que los humanos sin problema, así que podría traer algo del restaurante junto con tu carne. Cierto grado de entusiasmo se cuela en lo más profundo del gélido cuerpo de la rusa al pensar en la posibilidad de una cita improvisada en esa misma habitación, con el peligro de ser descubiertas por la Alfa en todo momento. Busca ese vino y prepara el escenario, hermosa Julieta, Romeo regresa en un rato dice con tono jocoso antes de besar corta pero significativamente a la morena. No cierres la ventana ni hagas locuras ¿ok?
Para nada Vika imaginó pasar la tarde como la paso, y en definitiva cazar humanos es mucho más sencillo que cazar animales. Fue toda una experiencia lograr cazar el conejo que trae consigo. Pasar al restaurante antes de eso fue un acierto, pues acabo con los pantalones llenos de tierra y pasto por andar correteando al animal. Trepa como puede con la bolsa de comida y el conejo al que segundos antes dio el golpe final en la nuca, vio esa técnica una vez de unos humanos y el no saber si Dalia prefería solo comer la carne ya separada del resto del animal o ella misma separarla se decidió por esta opción. ¿Dalia? pregunta apenas pone un pie dentro de la habitación.
Dalia logra calmar todos los malos pensamientos que sobrepasaban la cabeza de la rusa de solo pensar en que su loba sufriera por cualquier cosa, y solo con su cercanía y esos besos que la dejan con ganas de mucho más. Sé que no soy fuerte, no soy ni una cosa ni otra y odio estar en este estúpido estado medio pero… sabes que te defendería con mis colmillos y mis uñas afiladas y con gusto electrocutaría a todo aquel que intente tocarte. Ella aún no le cuenta sobre ese don con el que aparentemente nació pues de igual forma no lo controla muy bien. La abraza a su cuerpo y besa la frente de la lobita. Tal vez yo quiero meterme en esos líos también susurra apenas pero sabe bien que ella la escuchará, esas orejitas son poderosas.
Miles de posibilidades pasan por la mente de Vika, quizás exista algún lugar parecido a lo que ella demanda no existe, solo es cosa de preguntar a las personas correctas y en ese momento el no tener contactos estratégicos frustra a la rusa. No como sangre de animales pero como lo que los humanos sin problema, así que podría traer algo del restaurante junto con tu carne. Cierto grado de entusiasmo se cuela en lo más profundo del gélido cuerpo de la rusa al pensar en la posibilidad de una cita improvisada en esa misma habitación, con el peligro de ser descubiertas por la Alfa en todo momento. Busca ese vino y prepara el escenario, hermosa Julieta, Romeo regresa en un rato dice con tono jocoso antes de besar corta pero significativamente a la morena. No cierres la ventana ni hagas locuras ¿ok?
------ Un tiempo después ------
Para nada Vika imaginó pasar la tarde como la paso, y en definitiva cazar humanos es mucho más sencillo que cazar animales. Fue toda una experiencia lograr cazar el conejo que trae consigo. Pasar al restaurante antes de eso fue un acierto, pues acabo con los pantalones llenos de tierra y pasto por andar correteando al animal. Trepa como puede con la bolsa de comida y el conejo al que segundos antes dio el golpe final en la nuca, vio esa técnica una vez de unos humanos y el no saber si Dalia prefería solo comer la carne ya separada del resto del animal o ella misma separarla se decidió por esta opción. ¿Dalia? pregunta apenas pone un pie dentro de la habitación.
< Edificio de Empleados, por la tarde | Look at me >
Hedvika Kelevra
Re: < Un Shakespeare remasterizado | Dalia Maz >
El pequeño dolor provocado por la mordida de la híbrida hace que Dalia sienta una satisfacción casi deliciosa, pensó en hacer que la mordiera nuevamente, tanto como para sentir sus colmillos rosar su piel, aunque fuera peligroso, pero era muy pronto como para hacer esa clase de pedidos, o al menos eso pensaba la loba. Quizás en alguna circunstancia más ligada al periodo se hambre lobuna Dalia hubiera dejado esas ideas corrieran de su mente hasta su cuerpo, pero por ahora ella estaba bien disfrutando de la compañía tan inocente.
No pudo evitar preocuparse, no le gustaba aquella confesión de los labios de Hedvika; acarició el rostro de ella mientras pensaba en eso. Era peligroso, y ella era un asecina de humanos ganado y Dalia era cazada por aquellos que si sabían hacer daño real, los que no tenían miedo.-No, no quiero que te involucres en esto- y es que la sola idea de pensar que Hedvika podría terminar tan herida como ella, o incluso peor la preocupaba. Los humanos para ellos eran basura, por su parte Dalia los respetaba y sabía lo peligroso que podría ponerse todo.
- Eso es bastante conveniente, mi bruja zombie-sonrió y se movió del sillón inmediatamente, asistió a las ideas de esta y le dio un beso de despedida mientras la veía desaparecer entre las telas de su ventana.
Para cuando sintió a Vika subir por su ventana Dalia ya había apagado un poco las luces, así como también había preparado una linda mesa, roja como a ella le gustaba, y con un ramo de rosas a un lado. Había puesto música lenta, casi como si el ambiente se mezclara con sus sentimientos. Esperaba paciente, sentada frente a la mesa, mirando nerviosa sus uñas y esperando que la ojiverde disfrutara de lo que había preparado-Aquí estoy..-dijo levantándose de la mesa para dar unos pasos y ayudar a la muchacha con lo que traía-¿La presa te salió difícil?-se burló al ver la ropa manchada de esta, seguramente no tenía mucha experiencia cazando-Puedes cambiarte si quieres, seguro mi ropa te queda-dijo indicando hacia donde estaba su closet.
No pudo evitar preocuparse, no le gustaba aquella confesión de los labios de Hedvika; acarició el rostro de ella mientras pensaba en eso. Era peligroso, y ella era un asecina de humanos ganado y Dalia era cazada por aquellos que si sabían hacer daño real, los que no tenían miedo.-No, no quiero que te involucres en esto- y es que la sola idea de pensar que Hedvika podría terminar tan herida como ella, o incluso peor la preocupaba. Los humanos para ellos eran basura, por su parte Dalia los respetaba y sabía lo peligroso que podría ponerse todo.
- Eso es bastante conveniente, mi bruja zombie-sonrió y se movió del sillón inmediatamente, asistió a las ideas de esta y le dio un beso de despedida mientras la veía desaparecer entre las telas de su ventana.
~ Un rato después ~
Para cuando sintió a Vika subir por su ventana Dalia ya había apagado un poco las luces, así como también había preparado una linda mesa, roja como a ella le gustaba, y con un ramo de rosas a un lado. Había puesto música lenta, casi como si el ambiente se mezclara con sus sentimientos. Esperaba paciente, sentada frente a la mesa, mirando nerviosa sus uñas y esperando que la ojiverde disfrutara de lo que había preparado-Aquí estoy..-dijo levantándose de la mesa para dar unos pasos y ayudar a la muchacha con lo que traía-¿La presa te salió difícil?-se burló al ver la ropa manchada de esta, seguramente no tenía mucha experiencia cazando-Puedes cambiarte si quieres, seguro mi ropa te queda-dijo indicando hacia donde estaba su closet.
Dalia Maz
Edad : 28
Re: < Un Shakespeare remasterizado | Dalia Maz >
El ambiente dentro de esa habitación envuelve y conmueve a la híbrida. Es todo tan cálido, suave y… romántico, en definitiva es la palabra que patea en su mente al instante. Nunca antes se encontró con alguien en una situación así, ella siempre ha huido a los sentimientos pues no le gusta sentirse atada a alguien, la dependencia la odia, pero solo una mirada a esos ojos chocolate que la miran con ese toque impertinente y burlezco tan bello y esa creencia pasa a segundo termino, o tercero si contamos que su mente maquila la forma en la que podrían pasar la noche pues no piensa irse esta noche. La lobita esta convalesciente y en su fuero interno sabe que lo correcto es dejarla descansar, sin embargo las ganas de protegerla y cuidarla nacen de forma inesperada e intensa. En definitiva prefiero cazar humanos… esta cosa peluda me dio mucha batalla, lo reconozco dice entregando la presa a la loba al igual que la bolsa con la comida del restaurante del hotel. Sí, creo que la situación amerita un mejor atuendo de mi parte, así que con su permiso bella dama Hace una reverencia digna de un caballero de antaño antes de dirigirse a aquella puerta señalada por la morena Por cierto, me gustan las rosas, nunca pasarán de moda.
Tarda un poco pero logra encontrar algo para ponerse. La idea de tomar algo cómodo y cálido pasa por su mente pero al recordar lo que la espera fuera del closet la hace cambiar de opinión de inmediato. El vestuario de Dalia es variado pero las cosas cortas abundan y eso hace sonreír a la rusa pues las piernas de la loba son hermosas. Al final se decide por algo que va más con su patrón de colores predilectos, sin llegar a ser muy revelador o incómodo para ella. No tardo avisa a la morena antes de entrar al baño para quitarse la ropa sucia y los restos de tierra y pasto que pueda tener en la piel antes de ponerse la ropa ajena que de inmediato le regala una enorme bocanada del aroma de la morena, ese que tanto el encanta ahora la envuelve. Minutos después, fresca y mucho más presentable sale al encuentro de la pequeña loba a quien mira con admiración, jalando un poco la falda hacia abajo no tan acostumbrada a las faldas He... volví ¿cómo me veo? pregunta con una sonrisa coqueta, antes de ayudar a acomodar la comida en la mesa. Esto es... muy romantico, me gusta dice acariciando los petalos de las rosas con mucho cuidado antes de correrle la silla, un gesto que a ella le encanta en los varones y que no tiene problema en reproducir, las ideas feministas han crecido en su mente desde hace décadas. Espero disfrutes tu cena... no sabía si debía matarlo antes y solo traerte la carne o bueno, ya sabes. Puedes comer como desees, es evidente que no me molesta ver sangre o visceras. Ella no suele ser tan torpe pero la morena puede ponerla en ese estado inestable con facilidad. Pero cambiando el tema, traje tártara de cordero por si necesitas mas carne, y una pasta Alfredo con setas, cualquiera la podemos compartir pero debes terminarte ese conejo antes ¡Ah! Traje vino rosado. Toma asiento y abre la botella llenando las copas con cuidado. Ahora dime... ¿cuáles son las consecuencias de la plata en ustedes? Ella no quiere incomodar a la loba, es solo que sabe tan poco de su raza, solo mitos y prejuicios y definitivamente esas son cosas que no quiere tener en contra de su lobita. Picotea un poco la carne tártara antes de tomar su copa ¿Hacemos un brindis? Por... mmmhhh... ¡La caceria!, y claro, por nosotras
Tarda un poco pero logra encontrar algo para ponerse. La idea de tomar algo cómodo y cálido pasa por su mente pero al recordar lo que la espera fuera del closet la hace cambiar de opinión de inmediato. El vestuario de Dalia es variado pero las cosas cortas abundan y eso hace sonreír a la rusa pues las piernas de la loba son hermosas. Al final se decide por algo que va más con su patrón de colores predilectos, sin llegar a ser muy revelador o incómodo para ella. No tardo avisa a la morena antes de entrar al baño para quitarse la ropa sucia y los restos de tierra y pasto que pueda tener en la piel antes de ponerse la ropa ajena que de inmediato le regala una enorme bocanada del aroma de la morena, ese que tanto el encanta ahora la envuelve. Minutos después, fresca y mucho más presentable sale al encuentro de la pequeña loba a quien mira con admiración, jalando un poco la falda hacia abajo no tan acostumbrada a las faldas He... volví ¿cómo me veo? pregunta con una sonrisa coqueta, antes de ayudar a acomodar la comida en la mesa. Esto es... muy romantico, me gusta dice acariciando los petalos de las rosas con mucho cuidado antes de correrle la silla, un gesto que a ella le encanta en los varones y que no tiene problema en reproducir, las ideas feministas han crecido en su mente desde hace décadas. Espero disfrutes tu cena... no sabía si debía matarlo antes y solo traerte la carne o bueno, ya sabes. Puedes comer como desees, es evidente que no me molesta ver sangre o visceras. Ella no suele ser tan torpe pero la morena puede ponerla en ese estado inestable con facilidad. Pero cambiando el tema, traje tártara de cordero por si necesitas mas carne, y una pasta Alfredo con setas, cualquiera la podemos compartir pero debes terminarte ese conejo antes ¡Ah! Traje vino rosado. Toma asiento y abre la botella llenando las copas con cuidado. Ahora dime... ¿cuáles son las consecuencias de la plata en ustedes? Ella no quiere incomodar a la loba, es solo que sabe tan poco de su raza, solo mitos y prejuicios y definitivamente esas son cosas que no quiere tener en contra de su lobita. Picotea un poco la carne tártara antes de tomar su copa ¿Hacemos un brindis? Por... mmmhhh... ¡La caceria!, y claro, por nosotras
< Edificio de Empleados, por la tarde | Look at me (ropa prestada) >
Hedvika Kelevra
Página 2 de 2. • 1, 2
Temas similares
» < Into the woods or into you? | Dalia Maz >
» +33 1 78948294 || Móvil (Dalia)
» Al Ritmo de la Noche -Dalia Maz-
» Lost Then Found // Dalia Maz
» +33 1 78948294 || Móvil (Dalia)
» Al Ritmo de la Noche -Dalia Maz-
» Lost Then Found // Dalia Maz
Página 2 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.