Love at midnight | Vladimir

La ventaja de ser una LeBlanc es que cualquier instalación que quisiera cerrar para estar sola o sin ser molestada podía hacerlo sin problema, y es lo que tenia pensado para esta noche. Debía ganarme la confianza de Vladimir nuevamente, hacer ahora que se enamore de mi, de esta Mia neófita  y comprenda que ahora los sentimientos que tengo hacia el vampiro aun son mas fuertes.  Me dedique cuando empezó  a oscurecer a colocar muchas luces en el quincho que estaba en el centro del laberinto,  mientras preparo unas almohadas y  una manta para colocar en el suelo para poder estar tranquilos.

Todo debía estar perfecto, quizás hoy no tenia sangre fresca como me había dado Vladimir aquella mañana, pero un pequeño asalto al despacho de Demian sacando una de las bolsas de sangre mas frescas que tenia para ponerlas en una jara y poner dos copas de “vino” en la mesa. Todo listo. Me he demorado un poco, pero se que al vampiro le encantara la sorpresa, una especie de “cena romántica” para los dos, sin ser interrumpidos donde el no tiene el control de la situación. Algo espontaneo que pensé que le ayudaría a entender que quiero estar a su lado y no moverme de ahí.

Son pasadas las doce de la noche y sonrió al ver todo terminado, rápidamente me dirijo a mi habitación para ponerme una Ropa cómoda e ir a la habitación del vampiro para tocar la puerta suavemente con una cinta en las manos, le vendaría los ojos como el lo hiso en nuestra primera cita.- Ven, tengo una sorpresa, pero primero- digo al ver como me abre la puerta y muestro la cinta para vendarle los ojos con una sonrisa en mis labios, ansiosa de que le gustara aquella sorpresa.

Imagenes de referencia :

No se realmente como catalogar el punto en el que estamos Mia y yo como pareja. Se que la amo, de eso no hay duda alguna en mi interior, pero la confianza en lo que ella siente es lo que tambalea en mi mente. Puede sonar algo hipócrita cuando yo le oculte mis intensiones al principio pero sobre mi amor por ella jamás le mentí y ella en un punto logró hacerme creer que no me quería. Es todo complicado, pero estoy intentando confiar de nuevo en ella, volverle a confiar mi corazón, y... en eso estamos.

Esta noche comenzó como cualquier otra. Siguiendo un poco el estereotipo de mi raza, pase la mañana y la tarde descansando, dormitando en mi cama mientras Ónix reptaba por ahí, bajo mi vigilancia. Entrada la noche tome una ducha y me quede leyendo unas cosas, pensando en mil y un cosas, hasta que siento el aroma de la sangre de cierta persona acercandose y segundos después escucho la puerta. Me levanto y la sorpresa no llega por el hecho de verla ahí, sino por verla con esa venda que de inmediato pone en mis ojos - ¿Qué planeas Mia? - pregunto con el ceño algo fruncido pero aún así me dejo vendar los ojos, agachandome un poco para que alcance a atar la cinta. Esto me recuerda inevitablemente a nuestra primera cita, y una ligera sonrisa se posa en mis labios.

Se que con todo lo que tengo preparado sorprendería al vampiro, necesitábamos estar solos desde que llegamos al hotel y ahora era la excusa perfecta según mi punto de vista. Sonrío con una sonrisa de traviesa cuando Vladimir me abre la puerta, le vendo los ojos gracias a que el se agacha un poco para poder alcanzar sus ojos. Sin antes darle un beso leve en los labios le tomo las manos y las pongo en mi hombro.- Venga, déjame sorprenderte un poco yo a ti también- le digo sonriendo aunque el no vea mi sonrisa. Me dedico a caminar lentamente hacia el laberinto, con las manos del vampiro en mi hombro de guía.

Nos demoramos unos minutos antes de llegar al centro del laberinto, cuando llegamos doy un suspiro algo nervosa antes de con mis manos sacar las manos del vampiro para entrelazar mis dedos con los de el.- Quizás no sea como las maravillosas sorpresas que me has dado, pero espero que te guste - le digo sonriendo antes de soltarle la mano y esperar que se quitara la venda esperando a su lado con ansias, siempre era el quien me sorprendía a mi, ahora es mi turno, dentro de todo necesito recuperar la confianza de el y creo que con estos pequeños gestos ayuda un poco a confirmar mi amor hacia el y que note que tengo ganas de que lo sepa de manera material. Y creo que como el lo hiso en nuestra primera cita, intento hacer algo parecido, solo que al estilo Mia.

En general yo soy siempre el que tiende a sorprender a las personas, más cuando se trata de una relación tipo amorosa como la que tengo con Mia, y que ahora ella quiera darme una sorpresa me parece hasta adorable. Hago caso y asiento luego de sentir ese suave toque de sus labios, sonriendo apenas un poco – De acuerdo, te daré el gusto Mia – susurro con algo de diversión por la situación.
La sigo sin emitir ni un ruido, queriendo orientarme y reconocer los sitios por los que vamos y creo que estamos en el exterior en cuanto siento la brisa nocturna rodearnos, con ese olor a plantas tan presente. Frunzo el ceño cuando escucho sus palabras, acariciando sin darme cuenta sus dedos cuando están entrelazados con los míos por unos segundos - ¿Ya puedo? – pregunto antes de quitar la venda de mis ojos y maravillarme con lo que ella preparo para nosotros - ¿Tú hiciste esto sola? – pregunto acercándome al sitio, pasando mis dedos fríos por las luces antes de mirarla a los ojos, con una sonrisa pequeña que no puedo ni quiero ocultar – Me gusta, mucho – digo sincero y con una emoción renovada. Parece que quiere esforzarse por que las cosas sean buenas entre nosotros de nuevo.

Se que Vladimir es quien siempre hace las sorpresas, por lo que estoy convencida que al ser yo quien tenga el control de la situación hara que le guste y vea que si tengo interés de que todo esto funcione, que haber escapado de el fue un terrible error. No quiero que se repita. Sonrio levemente cuando me dice que me daría en el gusto.- Se que te va a gustar, confía en mi- le digo riendo levemente como una niña pequeña que quiere mostrarle a alguien su nuevo logro. Entrelazo mis dedos con los de el en mi hombro para que se guie, tratando de desorientarlo un poco para que no sepa de inmediato que estábamos en el laberinto.

No alcanzo a responder la pregunta al ver como Vladimir se saca la venda de los ojos y queda con una sonrisa y sin palabras. Asiento con la cabeza mientras estoy a su lado observando su reacción. Me encanta verlo de esa manera. Sorprendido y con esa sonrisa que me encanta de su parte. Observo como se acerca tocando las luces y observando el lugar, para luego sentir su mirada en mis ojos con esa profundidad que me enamora demasiado, que es capas de desarmarme y dejarme 100% dispuesta a el.- ¿Enserio?.. digo no es como lo que tu haces por mi, pero es lo que pude hacer - le digo acercándome a el para poner mis manos en su cuello.- Tengo la cena lista y la noche perfecta para los dos, para que veas que si quiero que esto funcione- le digo antes de robarle un beso en los labios, que ahora no son muy comunes entre nosotros desde que volvimos al hotel.

No sabes cuánto añoro poder hacerlo, confiar plena y completamente en ti pienso mientras me le quedo mirando directo a los ojos, dejando segundos en un silencio que no se si a ella le parezca tranquilizador o totalmente lo contrario – De acuerdo – digo asintiendo lento, con una pequeña sonrisa en mis labios. La sigo, apretando un poco su mano cuando siento el terreno inestable debajo de mis pies, pero espero que no terminemos en el suelo ambos.

La miro acercarse, excusándose por haber hecho lo que hizo, minimizándolo y eso no me gusta – Oye, Mia, yo no hago menos lo que tú hiciste, tampoco debes hacerlo tú ¿ok? Esto… es maravilloso – digo abrazando su cintura con mis manos, con ese tono posesivo de siempre, es algo que no puedo cambiar. No me deja hablar de nada, siento sus deliciosos y suaves labios sobre los míos y le respondo, jugando lento con sus labios, siendo cariñoso y dulce, como solo he podido besar cuando estoy enamorado. Espero varios minutos, extrañaba besarla, antes de separarme lento, con una sonrisa - ¿Qué cenaremos? – pregunto mirando sus ojos.

Al parecer el silencio que se forma entre los dos no es incomodo como yo pensé, al contrario, me deja pensar que quiere confiar en mi y este pequeño detalle hace que si pueda confiar en mi, que piense que aun puedo ser la de antes, o quizás…. No la de antes pero si merecedora de su amor. Que es lo que quiero. Quiero que pueda confiar en mi nuevamente y de la misma manera que antes.

Cuando el vampiro me dice que la verdad que esto si era lo que le gustaba, que el detalle era lo que le gusto me deja tranquila, quizás no era tan producido como las sorpresas de el, pero la idea es que tuviera algo de mi en todo esto. Sonrio ampliamente cuando siento sus manos en mi cintura de manera posesiva que siempre caracteriso al vampiro. No dejo hablar al vampiro ante sus manos en mi cintura. Siento sus labios con los mios que me dejan maravillada el tiempo que están unidos. Nos separamos lentamente aun sin separarme de el, dejando nuestras frentes pegadas. Rio levemente cuando me comenta que cenaremos.

-Pues…. Digamos que el pequeño despacho de Demian sufrió un asalto- le digo como susurro , como si se tratara de un secreto pero aun asi lo es.- Trate de encontrar la mas fresca, asi que espero que te guste- le digo sonriendo ampliamente aun sin separarme de el.

No entiendo por qué minimizar sus esfuerzos, no le encuentro razones válidas - No necesitas llevarme a un sitio exótico o comprar cosas lujosas ni mucho menos - dice para que el quede bien claro a la vampiresa a la que mira a lo profundo de sus ojos, tratando de encontrar esa paz que necesita sentir, pues la sorpresa fue muy buena. El beso es corto y tranquilo, nada que ver con los llenos de lujuria y deseo que hemos compartido en ocasiones anteriores, y eso lo hace de alguna forma más íntima a mi parecer.

La miro con una sonrisa sorprendida y una ceja alzada en cuanto confiesa su “robo” - Chica mala… me gusta eso - digo con una sonrisa ladeada antes de dejar otro beso corto y casto sobre sus labios y mirar hacia la “mesa” - Permítame madame - digo en tono educado señalándole un lado de la mesa, tomándola de las manos para ayudarla a sentarse. Hago lo mismo del otro lado, sin dejar de mirarla con tranquilidad pues me imagino lo nerviosa que debe estar, ahora esta todo bajo su control, y espero a que ella descubra lo que sustrajo del despacho de su padre.

Sonrio levemente cuenco Vladimir me confirma que no necesito llevarle aun lugar exótico o lujos para poder estar juntos, lo que me queda mas que claro, al parecer al vampiro solo le importa que estemos juntos, lo que me encanta. Me encanta esa mirada que me da en lo profundo de los ojos, dejándome prácticamente desnuda, el sabe que con una mirada es capas de quitarme todas mis mascaras. Me encanta besarlo de esa manera, un beso tranquilo, corto que me encanta.

Soy tu chica mala- le susurro levemente antes de ver como el vampiro me sonríe y me roba otro beso de los labios antes de ver como el me mira y desvía esa mirada a la mesa. Sonrio y le tomo la mano para irnos a la mesa en donde el me ayuda a sentarme, lo que hago sin problema esperando que el haga lo mismo. Me quedo mirando como me mira, con esa mirada de tranquilidad que me da. Me impresiona en como nuestra relación ha cambiado tanto. Me quedo mirándolo dos segundos antes de sacudir la cabeza y estirarme un poco para alcanzar la canasta en donde estaba don copas y una botella con liquido rojo que ambos sabemos que es.- No lo iba a traer en la bolsa como en hospital, solo espero que te guste amor- le digo dejando las copas y sentándome a su lado dandole un beso en la mejilla.

Algo despierta en mi esa frase tan corta y simple... "soy tu chica mala". Al final de todo soy hombre y tenemos ciertas debilidades, y Mia diciendo eso es sin lugar a dudas una de las mías. Le sonrío de forma traviesa - ¿Solo mía verdad? - pregunto con un brillo especial en mis ojos. No puedo negar el hecho de que me encanta la paz que ahora siento entre nosotros, aunque no por eso deja de existir el deseo y las ganas de tenerla entre mis brazos, creo que eso jamás se me irá. Pero la confianza... aún flaquea pero estamos cerca de concretar eso. Durante estas semanas hemos pasado mas tiempo juntos y en verdad he notado un cambio en ella, me siento cada vez mas cómodo, pero... aún siento que me falta algo.

Miro las copas y de inmediato el aroma ferroso de la sangre llena el lugar a pesar de estar al aire libre - Me gusta, algo mas elegante que las bolas plásticas - digo divertido antes de tomar mi copa, disfrutando de que se siente mas cerca de mi - ¡Salud! - digo tocando suave su copa con la mía antes de dar un trago al delicioso líquido rojo - Debo admitir que aunque no es fresca... esta muy bien conservada y es rica - digo moviendo la copa de forma lenta, mirando el líquido en ella antes de mirar a mi rubia, con una gran sonrisa.

Le sonrio de manera sugerente al vampiro cuando me pregunta sobre mis palabras de que si era solo de el. Asiento con la cabeza antes de reir al ver ese brillo que me encanta, ese brillo en los ojos que deja en claro que sigue tan enamorado como yo de el, pero necesitamos mas confianza, nada mas. Y eso es lo que me quiero ganar.- Solo tuya, y ahora por siempre- le afirmo con una sonrisa dejando ver mis dientes levemente.

Me siento a su lado cuando me dice que le gusta que sea con una botella y no esas bolsas plásticas que tiene Demian como almacenamiento. Tomo de mi copa apreciando el olor de la sangre, dejando que mis colmillos se noten levemente tomando del liquido antes de tocar mi copa con la de el. - Lo mejor que puedo conseguir…. Pero espero para la otra poder hacer algo mas “reciente”- le digo sonriendo dejando la copa en el suelo para acercarme a el y dejar un beso en su mejilla, uno tierno, dejando salir a la chica tierna que aun reside en mi.