Al song del smoke (Autumn)

La angelita caída seguía sin aceptar nada de lo que le ofrecía. De vez en cuando debería ceder o me resultaría aburrida. Bueno, no tanto. Su negación constante haría que deseara más conquistarla. Pero su aura energética era muy inconstante. Así que preferí ya dejar de intentar conquistarla por esta noche. Era mejor deja solo a quien desea estar solo. De ser así, esta mujer se hubiese ido. Pero ¿Por qué no lo hizo? Fácil puede desplegar sus alas y volar fuera del tejado.

Justo después de su comentario. Observe muchas energías acercarse a nosotros. La energía era de cinco humanos armados. Los observe expectante y me prepare para lo que fuese necesario. Mis ojos brillaron en un rojo intenso mientras la pupila se agudizaba cual serpiente. Esto no me gustaba para nada. Espadas y arcos con fechas brillaban a la luz de la gran luna en el cielo. La voz del que parecía ser el jefe me molesto y perturbo lo suficiente como para volarle encima cualquier cosa pesada. Pero con solo atacar a uno, me ganaría el golpe directo de 4 más. Pensé un instante estando en guardia, usar mi teletransportación y llevarme a la ángel lejos de allí.

El peligro era palpable. –No me gustan los hombres. Lamento no poder corresponder a vuestra homosexualidad.- Comenté para la voz del demandante hombre que desplegaba una brillante y fina daga. Debía proteger a esta mujer. No tenía intenciones de dejarla a la merced de estos canallas humanos miserables que cazan seres como nosotros.

Me molestaba enormente que estos tipejos nos atacaran. No estaba nervioso ni les tenía miedo. Mis ojos brillaban cual rojo fuego por que no pretendía dejar que nos hicieran daño. Ni mucho menos a la ángel. La atención se enfocaba en ella. Al parecer estos tipejos desde hace mucho tiempo una mujer no les daba a comer. Pobres criaturas miserables. Como los odiaba. Necesitaba atacarles. Pero no quería dejar a la bella sola. Sabía que podría defenderse. Bueno, no lo sé. Apenas le estoy conociendo esta noche. Pero yo sí puedo defenderme.

La temperatura a mi alrededor notoriamente fue descendiendo. Si de por si hacia frío. Ahora estaba bajando mucho más. No sabía a qué se debe. Pero ya luego descubriría que la ocasiono yo. La chica me cogió de la mano y pudo notar está más fría de lo común. Como si cogiese los barrotes de un congelador. La eche para atrás. No soltaba su mano, pero la protegía con nuestro cuerpo. –Les recomiendo centrar vuestra atención en mí y no en ella. Yo puedo serles más peligroso.- Y si creían que me dejaría joder. Jaaa, que tomasen otro camino por que no me doblegare ante los humanos. Todos ellos son mi alimento, no yo su presa.

A lo lejos apenas escuchaba la vos de la fémina. Mi odio, rencor y furia se concentraban en ello hasta que el encapuchado desgraciado se lanzó hacia nosotros. Hacia mí en específico con su desgraciada daga.