You and me can be very good friends <Victoria>

Creo que me he hecho buenos aliados por el hotel, muchos en busca del territorio o por simple deseo de un poco de maldad en este hotel, pero al parecer hay alguien que le falta un poco mas de investigación. Victoria, la chica con quien he convivido en las ultimas reuniones, tanto en la subasta como en la búsqueda del tesoro, dejándome en evidencia que la chica si sabe lo que quiere y puede que tenga esa idea de venganza o acabar con el hotel que dan las suficientes razones para poder averiguar mas de ella y ver si puede ser otro aliado mas.

No se por que estoy en el bosque, supongo que es el mejor lugar para hablar, de estos temas como la venganza, no me arriesgare a que Demian o alguno de sus empleados se entere y le lleguen con el rumor, es algo que no arriesgare. Cite a la humana en el bosque con intención que podamos estar tranquilas, de seguro que aceptaría mi invitación, o eso espero. Mientras espero a la chica me apoyo en un árbol y prendo un cigarro para darle una larga calada y observar el lugar. Este seria un buen lugar para una batalla o algo así.

Miro mi reloj en la muñeca, son las once de la noche, pero supongo que la humana puede salir de noche sin problema, dudo que sea una chica que sea hija de mama la cual siga las ordenes o algo por el estilo. Doy otra calada a mi cigarro mientras espero a la rubia que aparezca en mi panorámica.

La invitación había sido inesperada, y a la vez muy excitante. Los últimos eventos en el Hotel me tenían algo estresada y una caminata profesional a la luz de la luna a través del tenebroso bosque me sonaba a un día de spa. Así de rara era.
Asegurándome de llevar armamento liviano me despedí de mi deprimente habitación. No se me hizo difícil salir. Los que cuidaban el lugar estaban tan acostumbrados a mis idas y venidas que estaba segura de que me creían sonámbula.

Hacía una noche increíble y me pregunté que estaría haciendo la versión normal de Victoria. Probablemente estaría en algun club de la ciudad en plena cacería, pero no exactamente de seres sobrenaturales. Negando mis ocurrencias, continué a paso seguro hacia el bosque, conociendo el camino de memoria.
Una vez envuelta en la vegetación y los sonidos característicos del lugar, me abrí paso en la dirección que la morocha me había dado. La encontré disfrutando de un cigarro. De alguna forma me dieron ganas de probar uno; hacía años que no fumaba.
—Déjame adivinar. No pudiste soportar nuestra separación luego de tantos días y decidiste invitarme a una cita en medio de un bosque infestado de criaturas demoníacas. Eres tan romántica, Rox. —sonreí con sarcasmo, quedándome a precaria distancia del ángel.
Después de la búsqueda del tesoro, me había tomado el tiempo de investigar a Roxanne. No había encontrado mucho, y era por eso que había aceptado aquel encuentro. No podía resistirme a un misterio, y más estando donde estabamos.

Sigo fumando sin apuro alguno, ni ansiedad ni nada. Disfrutando cada calada de mi cigarro como si fuera la ultima. Me había hecho adicta a los cigarros y lo que conlleva, como no me hacen daño, es un placer que me puedo dar. De ser una humana me asaria haciendo un grave daño en los pulmones, pero no es el caso. Si es el caso de mi acompañante si es que llega, pero la chica había demostrado que aunque es una humana es un elemento valioso y bastante atrayente para poder ser parte de mi venganza.

Escucho como la chica se acerca diciendo unas palabras algo irónicas. Una risa sale de mis labios al ver como la chica se acerca con ese cuidado que siempre ha tenido.- No es de romántica querida, no he podido estar sin i, sabes que me tienes enamorada, y por las criaturas no debes preocuparte, yo te protegeré- digo antes de dar otra calada al cigarro para terminarlo y apagar la colilla en el suelo con ayuda de mi pie.- Venga… ¿caminamos?- le ofrezco a la humana para comenzar a caminar y empezar la conversación que admito que me tiene algo ansiosa, saber si Victoria estaría dispuesta a ayudarme y ser una aliada importante en mi venganza.

Nunca me has contado tu verdadera razón por la que estas en el hotel…. ¿por qué no nos dejamos de mentiras y me cuentas la verdad? – digo después de unos minutos caminando en silencio, yendo directo al grano, sin rodeos ni nada.

Le dediqué una sonrisa traviesa mientras caminaba a su lado con mis manos en los bolsillos de mi chaqueta; parecía mentira, pero a medida que nos adentrabamos en el bosque, la temperatura disminuía. Fuera de eso, que fuese tan directa con la razón de su invitación me causo tanta curiosidad como gracia. Al parecer, ella buscaba algo. Es por eso que al momento de responder, pensé muy bien en mis palabras.
Probablemente quisiera una alianza, eso era obvio, pero nada era gratis en esta vida, siempre había que pagar un precio, ya fuera por una buena o una mala causa.

—Me siento halagada, la mayoría de las veces soy yo quien tiene que proteger a alguien más, debido a mi profesión, claro —me encogí de hombros, como restándole importancia al hecho de que anteponía mi vida por la de un extraño en pos de salvarlo de algún peligro sobrenatural. Ironías de la vida—. Pero bueno, yendo al grano, como lo has hecho, mi presencia en este hotel es -penosamente- estrictamente profesional. Aunque no mentiré y admitiré que he visto cosas muy atrayentes en mi estadía —le dedique una mirada y volví la vista al frente—, pero no logran distraerme de mi objetivo principal: volar el lugar hasta el mismo cielo. ¿Te parece algo extremista? Pensaba que tal vez solo podía demolerlo y quemar los restos hasta que quede todo en cenizas y el viento lo disperse por ahí.

No era la primera vez que le rebelaba mis planes a un inquilino, pero sólo lo hacía si veía potencial en compartir la información; la idea era encontrar aliados porque yo sola no podía con todo. Era capaz, pero para golpes de tal grado era mejor tener un equipo, y dado que el mío había sido abducido por extraterrestres, me veía en la ardua tarea de formar uno nuevo. No sería lo mismo, pero a veces la vida estaba repleta de este tipo de resignaciones.

Me dedico a caminar dentro del laberinto con la compañía de la humana, sacado otro cigarro de mis bolsillos para encenderlo y seguir con la caminata, admito que si pudiera estar fumando siempre lo haría, pero dos cigarros seguidos aun me mantiene dentro de lo  “normal” visto por los humanos.

Escucho como  Victoria me dice que se siente halagada con mis palabras, diciéndome  que debido a su profesión ella cuida a alguien mas, pero escucho como me dice que es su presencia estrictamente profesional, lo que me deja en claro que no esta por placer en el hotel por placer. Escucho atentamente como me dice que aun asi si ha visto cosas “interesantes” en el hotel. Doy una sonrisa sin interrumpir las palabras de la rubia.  Niego con la cabeza cuando me pregunta si era algo extremista eso de volar el lugar. Pero una sonrisa queda en mis labios. Ella es un enemigo de LeBlanc, quizás no de el directamente pero si lo suficiente para poder aliarme con ella.

Interesante manera de ver el futuro del gran hotel, pero deja decirte que me encanto tu respuesta-digo antes de darle otra calada al cigarro.- Ahora todo tiene una razón, creo que tu y yo estamos por la misma razón. Yo también quiero ver como el hotel cae, o mas bien a su dueño y portador del apellido- espero haber sido lo bastante clara para que Vic entendiera que estaba acá por un único propósito: venganza hacia Demian.

—Uy, eso huele a venganza, y una que se viene añejando desde hace años, si no me equivoco —le digo con toda seguridad, ya que su porte indica que su enemigo le tocó un nervio muy sensible. Y a las mujeres a veces nos cuesta perdonar, en especial a las que viven por tantos, tantos años.
Permito que el silencio caiga nuevamente, pensando en cómo podríamos beneficiarnos mutuamente. Yo quiero ver el Hotel en llamas por mero capricho, porque sé que un vampiro lo fundó, porque odio mucho a los vampiros, porque ellos... Ellos mataron a mi familia y al resto de mi equipo. Así que, básicamente también es por venganza, pero de una forma más global. En cambio, para Roxanne...

Me paré en seco, aunque manteniendo una expresión pensativa. Esto sería muy interesante de lograr llevarse a cabo. Interesante e irónico, ya que estaría recibiendo ayuda de un demonio, algo que usualmente cazo. Como sea, no iba a mirarle la dentadura al caballo.
—Te ofrezco lo siguiente: te entrego a LeBlanc en bandeja de plata y yo me encargo de su bonito hotel —enterré mis talones en el suelo húmedo, esperando su respuesta. Por supuesto que luego de eso vendrían días de cero descanso, porque un golpe así debía planearse con delicadeza, no era cuestión de arrojar la bomba y huir, por muy tentadora que fuese la idea.