Caras conocidas en un lugar desconocido :: Gabrielle Robins

Recuerdo del primer mensaje :



Los viernes por la noche para la mayoría de los humanos es una oportunidad de desestresarse de las presiones de la semana, pero por lo menos en mi caso como vampiro además de eso es un gran oportunidad de encontrar la víctima perfecta para mi apetito, para saciar mi sed. Estas noches en que gran cantidad de humanos irresponsables salen de fiesta sin medir limites son una clara invitación a escoger un buen espécimen y beber hasta saciarme, ya sea matando o no, pues con el paso de los años puedes aprender a beber sin tener que matar todas las veces, y eso tiene su encanto, probar cierto tipo de sangre, de personas "buenas" también es muy agradable y dejo de lado el papel de asesino serial sin consciencia.

Luego de darme un buen atracón en las afueras de la ciudad, cerca de la zona de bares, regreso al hotel, con toda la calma del mundo, disfrutando de la frescura de la noche. Muy aparte de que odio el sol por obvias razones, siempre me ha parecido mil veces mas hermosa la noche, callada y fresca, con mil sorpresas esperando en cada esquina. Decido, al llegar al Hotel, dar un paseo por sitios que no conozco aún. A pesar de que paso varias noches a la semana con Mia, ya sea en mi habitación o en la suya, hoy quiero darle su espacio, necesita convivir con su hermana y eso lo se y cada día lo respeto mas. El concepto de hermanos no lo tengo bien experimentado pero las mellizas LeBlanc me están haciendo entenderlo.

Mis pies siguen su propio camino sin que yo lo piense mucho y entonces me encuentro en la entrada de lo que parece ser un laberinto - Interesante - susurro con una sonrisa pequeña, es un buen reto para entretenerme. Me adentro, curioseando a cada paso, escuchando y oliendo con deleite, sin saber qué cosas me esperan aquí dentro

Asentí apoyando su idea de retomar el hábito, y volví a asentir cuando se refirió a la sangre humana, lo que me hizo fruncir ligeramente el ceño mientras tomaba mi té. Él sabía de mi desagrado por la sangre humana, pero respetaba la opinión de los que la tomarán. Aunque, yo era de las que se negaba en rotundo a beberla aunque estuviera herida, y en las ocasiones en que me habían obligado a beberla, lograban que me molestará y dejará que mi enojo me dominará esas veces.

Unos segundos después, saqué esos pensamientos sobre la sangre de mi mente. No quería pensar en eso, prefería disfrutar de mi té y, cuando me tocará alimentarme lo haría. Aparte también quería disfrutar de la compañía de Vlad, al que llevaba tiempo sin ver. -¿Quieres más?-. Pregunté señalando su taza, que parecía estar casi vacía. Dejé escapar una risa suave. -No, no me harán cambiar de opinión jamás. Aunque tenga un nombre diferente, siempre será mi Alice-. Dije divertida.

Pero, mi gesto paso a ser de seriedad, cuando mencionó lo de los sucesos recientes. Lo que me hizo pensar en lo que me había contado Will luego de mi llegada al hotel. -Algo me enteré. Y te prometo que tendré cuidado-. Gruñí por lo bajo, deseaba en ese momento ir en busca de algunos cazadores. Pero, tenía que ser más precavida y pensar bien las cosas. Si hacía lo contrario, haría que tanto Will como Vlad se preocuparán. Aunque no me agradaba estar tranquila con ese asunto, le había prometido a Will que tendría cuidado, y ahora lo hacía con Vlad. Dejé escapar un suspiro, esperaba poder cumplir mi promesa.

-Soy completamente inocente-. Dije un poco después mientras una risa traviesa escapaba de mis labios. Escuchaba sus palabras sobre Connor, quería que apareciera pronto, y que Will intentará llevarse bien con él y al contrario. Pero desvié rápidamente los pensamientos, y una sonrisa más grande apareció en mis labios. -Digamos que una de las cosas más divertidas, luego de pasar una tarde aburrida, fue con Kayleen. Pffff... Habíamos perdido el dinero, el mago que intentaba hacer trucos era un fraude. Por lo que se nos ocurrió enseñar algo de verdadera magia.... Hicimos que un circo completo levitará. Kayleen, fue la hizo el hechizo. Aunque, supongo que duró solo unas horas. Pero terminó siendo divertido, sobre todo por las caras que pusieron los que se encontraban ahí-. Luego de mi comentario, dejé escapar una carcajada recordando esa vez. -¿Y tú?-. Pregunté un poco después.

Me aguanto la risa cuando miro el desagrado tan evidente que se posa en su rostro con la sola mención de la sangre humana, bueno ni siquiera es una mención como tal, pero ella entiende perfecto mi indirecta - Por favor señorita - digo acercando la pequeña taza hacia ella para ser rellenada con el líquido caliente - Ya lo sospechaba. Por lo menos el cambio de nombre solo denota que es alguien especial para ti, ¿no es así? - pregunto con una ligera sonrisa. Con el paso de las décadas te das cuenta de lo difícil que es encontrar a personas especiales y lo casi imposible que es mantenerlas a tu lado por el tiempo que te gustaría.

No se si sentirme tranquilo o preocupado de que ella esté enterada de los sucesos pasados, pero ya me ahorré por lo menos el tener que contarle a detalle - Se bien que te cuesta postarte bien o por lo menos ser precavida pero... esto se esta poniendo algo denso, espero que cumplas con cuidarte bien, aunque si no que por lo menos estés cerca y pueda ayudarte de alguna manera - digo bajando la mirada, no me gusta mostrarme blando ante nadie y es obvio que con mi comentario queda claro que Gabrielle para mi es alguien importante, es la amistad femenina mas larga que he logrado conservar.

No puedo evitar soltar unas buenas carcajadas al imaginar elefantes voladores o mas bien levitantes - ¿Asi que entonces Kayleen es hechicera? creo que eso les pudo haber traído muchos problemas ¿no es así? pero la verdad... hubiera sido muy gracioso ver la cara de susto de los humanos presentes - digo entre risas, volviendo a beber mas del té segundos después - Sabes que no soy de hacer locuras muy seguido enana, pero si hice algo ridículo, en una ocasión me puse una pijama bastante infantil... de tigre con todo y la colita afelpada... ¡no preguntes porque lo hice ni pidas que lo haga de nuevo! - digo como advertencia, alzando una ceja con gesto serio aunque termino riendo bajo.

Coloqué la taza que me entrego en el suelo a mi lado para servirle un poco mas de té, mientras lo hacía observé de reojo que había aguantado una risa, lo que me hizo sonreír. -Kayleen es muy especial, si. Es mi mejor amiga-. Confirme sus palabras con un asentimiento, poco después coloqué la tetera a un lado y, agarré la pequeña taza para entregársela de nuevo. Aunque la vuelvo a dejar en un sitio estable, ya que lo veo bajar la mirada luego de sus palabras.

Es algo que no me gusta en nadie, menos en mis amistades. Es la razón para acercarme, y con un dedo que coloqué bajo su barbilla intento que levante la mirada. -Trataré de portarme bien. No tienes de que preocuparte. Y sabes que no tienes que hacerlo-. Quizás mis palabras no eran las mejores en ese momento, pero eran lo más cercano a lo que podría prometer y decir. Me acerque un poco más para dejar un beso suave en su mejilla. Me alegraba que Vlad dejará ver un poco de sus emociones. Algo que hacía pocas veces, y que un numero reducido lograba sacar a relucir de él.

Aunque fue muy rápido, volví a sentarme en el lugar que había estado antes, y le entregue su taza. Luego llene de nuevo la mía, y mientras le daba un sorbito a mi bebida lo escuché reír. Lo que me hizo asentir en confirmación a la raza de Kay, al poco tiempo una risa suave escapo de mis labios acompañando a la suya. -Si, fue bastante divertido. Y nos pudo causar problemas, pero nos fuimos un poco antes de que eso sucediera-. Dije dejando escapar en esa ocasión una carcajada. -Eso me hubiera gustado verlo-. Había tratado de dejar de reír, pero su comentario sobre el disfraz, hizo que volviera a reír a carcajadas imaginándolo tal como lo mencionaba.

Me agrada esa cara de paz y felicidad que pone al hablar de la dichosa Kayleen y debo confesar que me conmueve un poco, a mi manera masculina, el hecho de que la considere su mejor amiga - ¿Tu mejor amiga? bueno eso siempre es algo que hay que apreciar y cuidar, son pocas las personas a las que puedes darles esa jerarquía así que espero que sepas apreciar a Kayleen. Sería divertido conocerla de hecho - digo con una ligera sonrisa pues para ser mejor amiga de Gaby debe ser o igual de extrovertida y loca que ella o todo lo contrario, no creo que pueda haber un punto medio.

Miro de forma distraída la taza recién rellenada con ese rico té justo antes de sentir como la pequeña rubia alza mi rostro obligandome a enfrentarme a su mirada, creo que me conoce lo necesario como para saber que me afecta un poco la idea de que algo realmente malo o mortal le pase. Su beso sella de alguna forma esa promesa que me hace de cuidarse, pero de igual forma ahora que se que anda por aquí andaré mas alerta. Doy un suspiro largo, asintiendo antes de morder su dedo de forma juguetona, en completo tono de broma, con una pequeña sonrisa, no quiero que esto se ponga muy emocional, prefiero a la Gaby risueña que anda saltando por todos lados.

Río muy divertido, negando con la cabeza sin dejar de escuchar la historia de mi rubia amiga - ¡Aplicaron el "pisa y corre" entonces eh! - digo divertido, imaginando aún los elefantes y tigres voladores. La miro con los ojos entrecerrados antes de negar y reír con ella, pues la verdad esa noche fue graciosa aunque luego se puso diferente - No, ya me deshice de esa cosa, era demasiado tierno y cursi para mi - digo haciendome el macho.

-Mi mejor amiga-. Repetí sus palabras confirmando las mismas. No tenía que mucho que decir acerca de lo de apreciar a Kay, tampoco era necesario decir algo respecto a cuidarla. Era algo que siempre salia a flote en mi, ese lado sobreprotector con mis amistades. -Estoy segura que lo harás en cualquier momento-. Sonreí pensando en que mi Alice viniera al hotel, algo que esperaba sucediera muy pronto.

-Eso hicimos exactamente, un pisa y corre- Dije entre risitas, dándole una mirada que denotaba un poco de diversión y algo de picardía en la misma debido a la mordida juguetona que había recibido de Vlad. -Mmmm... Es una pena. Pero podría... Podría conseguir otro-. Era seguro que me dijera que no, y se negará a ponerse algún otro disfraz lo que me hizo rodar los ojos, pero siempre podría darle algún uso más adelante con algún otro conocido. O quizás para alguna de mis travesuras, pensar eso me hizo reír ligeramente. En ese momento, noté que el té se había acabado. -¿Te parece si pedimos un poco más? Puedo ir rápidamente a la cocina por algo más de té-. Quizás el cambio de tema había sido muy rápido, pero quería disfrutar un poco más de su compañía y tener algo más de algo de té como un extra. -O podemos hacer alguna otra cosa-.

Es casi palpable ese orgullo y emoción de Gaby al solo mencionar a la misteriosa "Alice" - ¿Entonces eso quiere decir que anda por aquí? ya me imagino que de travesuras harás ahora con tu "sidekick" al lado - digo con una sonrisa y mirada complices, no me gustaría cortarle ese espíritu aventurero y loco que tiene, es como una niña y eso es algo que los vampiros en general no experimentamos.

De inmediato niego ante la sola mención de ponerme otro de esos ridículos trajesitos que los humanos usan para ¿dormir? ¿disfrazarse? no lo se, pero igualmente no es algo que yo haya disfrutado ni lo haré de nuevo - Si consigues otro te lo pondrás tú, yo no vuelvo a hacer ese gran ridículo. Menos mal que casi nadie me miro - digo rodando los ojos, con una casi imperceptible sonrisa de lado al recordar lo que en verdad paso esa noche. Miro hacia la tetera y luego a ella. Tiene mucho que no no veíamos y es notorio que ella quiere mi compañía y yo la suya, es una gran amiga - Me parece genial Gaby ¿te importa si te espero aquí? - pregunto antes de ponerme mas cómodo sobre el césped.

-Tengo la sospecha que si... Que está en París. Aunque todavía no lo puedo asegurar-. Gabrielle había estado tratando de saber hasta de alguna noticia sobre su mejor amiga, pero no tenía mucho que pudiera confirmar que Kayleen se encontraba en París o sus alrededores.

-Eso puede resultar divertido también-. Pensar en tener uno de esos disfraces y usarlo como pijama, me hizo reír solo de imaginar como se me vería. -No creo que hayas hecho el ridículo usando uno. Seguro te veías adorable-. Asentí ligeramente al mismo tiempo que Vlad rueda sus ojos. -Claro que no. Pero pediré un sabor diferente. ¿Pido también un pastel?-. Yo estaba segura de pedir una para mi. Aunque no sabía si Vlad quisiera uno. Esperé su respuesta expectante, mientras agarre la tetera para llevarla conmigo, y lo veía ponerse un poco más cómodo. Saber que me acompañaría un rato más me hizo sonreír. -¿Almendras, chocolate, limón o canela?-. Fue la pregunta que salio de mis labios en relación al pastel.

- ¿Porqué se separaron Gaby? digo, lo mas común tengo entendido es que tus mejores amigos estén casi siempre cerca de ti, mas cuando estás con tantas travesuras por hacer en mente - digo con una sonrisa pequeña. No es que realmente yo tenga mucha experiencia en estos asuntos de las amistades, en realidad soy bastante lo contrario, no suelo ligarme a personas por mucho tiempo, pero siempre hay excepciones a todo.

Solo escuchando eso que dice lanzo un bufido con el que intento realmente ocultar una pequeña risa, haciéndome el duro pero no se realmente si me sale o no - "Adorable" es sinónimo de tonto a mi parecer, o por lo menos si ese adjetivo me lo quieres poner a mi, sabes que de adorable no tengo nada - digo con cierta gracia. La veo muy emocionada de que sigamos la "hora del té" por un rato más, así que no me hago mas del rogar - Vale un sabor diferente y solo quiero... una galleta de avena - digo alzandome de hombros, no es que la comida sea mucho de mi agrado pero solo ese tipo de alimento me llama la atención a veces - Tal ves te robe un trozo si traes de chocolate - digo con un guiño antes de desabrochar los botones de los puños de mi camisa para subir mis mangas y ponerme por completo cómodo sobre el césped.

-Ella no suele estar en un mismo sitio por mucho tiempo... Supongo que en eso somos parecidas-. Comenté pensativa, empezaba a divagar un poco en mi comentario. Pero al poco tiempo volvía a prestar atención en Vlad. Su comentario sobre lo de si se vería o no adorable con la pijama, me hace soltar una risa por lo bajo. Aunque rápidamente la acompaño con una carcajada al escuchar su bufido. -Vamos, algunas veces eres adorable-. Volví a reír, y luego de dejar un beso en su mejilla. No tardé mucho en levantarme del lugar en el que me encontraba sentada.

-Ya regreso. Y traeré el pastel de chocolate con té de canela-. Dije no mucho después. -¿Te parece si me tomas el tiempo?-. Le guiñe un ojo, y saqué mi pequeño reloj de oro del bolsillo, al cual le di unas pequeñas alrededor de mi dedo en el cual quedo enredado. Al desenredarlo, me acercó para dejarlo en su mano con cuidado. Se notaba que era uno de los objetos, al igual de su colección de tazas y su bate, a los que cuidaba mucho. Y Vlad era de los pocos a los que le hablaría abiertamente de sus amigos o dejaría su preciado reloj de oro.

- ¿Espíritu viajero y nómada? eso es bueno hasta cierto punto, pero sabes que es bueno asentarse de vez en vez ¿no? - digo con una mirada curiosa. No es que los vampiros necesitemos quedarnos en un sitio para estar mejor y mas seguros, eso se los dejamos a los licantropos, pero la estabilidad por lo menos temporal, ayuda a no volvernos tan locos - ¡Claro que no! a ver dame un ejemplo - digo con el ceño fruncido, casi ofendido por llamarme adorable.

- ¡Y mi galleta de avena! no la olvides - digo divertido. La miro con mucha mas curiosidad cuando me hace esa petición tan rara. Me siento de nuevo y recibo el antiguo objeto en la mano, sintiendo su peso, eso me confirma que es antiguo - Es lindo... cuando regreses me dirás de dónde salio - digo con una sonrisa divertida - ¿Lista? ¡Corre! - digo mirando el reloj, algo abstraído, las antiguedades me parecen algo muy interesante.

-Sip y sip. Por eso tengo mi propia casa-. Tenía otra pero esa no quería ni solía ir a verla. Me traía malos recuerdos, y era algo que no me gustaba del todo que sucediera aunque fuera algo muy pequeño. -Déjame tratar de recordar alguno-. Sería un poco difícil encontrar un ejemplo, pero no me rendiría tan fácilmente, no era algo que encajaría conmigo si lo hiciera. -A ver... ¿Cuando dejas ver tus sentimientos?-. Sugerí dudosa, debido a la forma de ser de Vlad, y por su negativa a demostrar lo que siente la mayor parte de las veces.

-Vale. Una galleta de avena incluida-. Dije luego de mi comentario acerca de que era adorable. -Está bien. Aunque no hay mucho que decir sobre el reloj-. Asentí en respuesta. Cuando dijo que corriera, desaparecí muy rápidamente. Disfrutaba de la brisa mientras lo hacía, y al poco tiempo había recogido los pasteles, la galleta de Vlad y la recarga del té de canela que no podía faltar. Todas las cosas las llevaba en una bandeja, para más comodidad. No mucho después estaba de regreso junto al vampiro. -Lista. ¿Cuanto tarde?-. Pregunté con ansiedad y demasiada curiosidad.