Apparently I'm not the only one who needs a cigarette ∞ James A. Fletcher

Hay que admitir un cosa: mi búsqueda sobre la información del vampiro que arruino mi vida no esta dando los frutos que yo esperaba tener en estas alturas. Aun así no me estoy hospedando en el hotel, es demasiado peligroso que el me reconozca. No quiero que sepa que estoy por estos lados, aunque de seguro que mi nombre ya había llegado a sus oídos. Sin despreciar el hecho que si iría a su evento sobre la fundación… o algo así me habían comentado. Había conseguido una casa en una zona residencial bastante cómoda, lo que ayudaba a tener calma y poder pensar bien mi próximo movimiento. Dado que los que dado solo me han dado una información: Demian tiene dos hijas.

Ando con unos jeans y una chaqueta de cuero cuando decido salir a caminar por las calles de la residencia, necesito fumar un poco…. Distraerme, quizás esto de la venganza me esta consumiente poco a poco. Con la cajetilla de cigarros salgo a la calle para encender uno apenas estoy fuera de mi casa. Ahora esta mucho mejor- comento para mi misma antes de darle otra calada al cigarro. Me había hecho adicta la fumar, un placer que no conocí hasta que fui expulsada del cielo. Comienzo a caminar sin rumbo fijo, únicamente pensando en lo placentero que era fumar.

of: no soy buena abriendo, pero espero que después sea mas largo ^^

Aquel día había hecho un Sol terrible, cosa muy molesta para los vampiros. Aguantamos hasta cierto punto el Sol y el calor. Ése día no salí del hotel hasta el crepúsculo, cuando los últimos rayos del Sol dejaban paso a los cristalinos rayos de Luna. El Sol no se había ocultado todavía del todo, y sin embargo ya estaba vagando por las calles parisinas. Algunas de las casas que había en esa ciudad eran autenticas maravillas. A pesar de no haber estudiado nunca Arquitectura, había vivido toda mi infancia con mi padre, arquitecto de prestigio y por ello tendía a fijarme muy a menudo en las construcciones que se hallaban a mi alrededor. Casas victorianas, otras del siglo 20 o de este mismo siglo. El contraste era increíble, podías andar 100 metros, y de repente ver casas de un estilo. Y sin embargo al cambiar de calle el estilo también lo hacía y radicalmente.

No solía venir mucho por esa zona y ahora me arrepentía de no haberlo hecho más a menudo. Por un momento pensé cual sería el siguiente lugar al que iría cuando me cansara de París. Llevaba un par de días nostálgico, deseando volver a Estados Unidos, la casa donde crecí, y también a Escocia. Seguramente serían mis próximos destinos. Caminé lentamente por la calle residencial y dirigí mi mano al pantalón para sacar así un cigarro. Miré en otro de mis bolsillos en busca del mechero, sin embargo no estaba, ¿lo había perdido? - Joder. - farfullé en voz baja. No era una gran pérdida pero quería fumar. Busqué con la mirada alguien que me pudiera encender el cigarro. Bingo, me dije al ver una joven fumando. Había que ser idiota. realmente la calle estaba casi vacía. Era un poco sospechoso, pero, ¿qué era lo peor que podía hacerme?

Me acerqué a ella, deteniéndome en frente suyo, y dije. - Perdona, ¿tienes fuego?. - Esperaba que aceptase, porque tenía unas ganas increíbles de tabaco. Podía parecer una tontería, pero antes cuando era humano evitaba fumar dados los riesgos, además siendo yo médico, ¿qué pensarían? Pero ahora que no tenía alma e iba a vivir hasta el fin de los momentos, ¿a quién le importaba?, ¿quién me lo evitaba? Tratando de ser simpático, pregunté. - Parece que va a hacer una noche calurosa, algo extraño aquí, ¿no crees? . - Un tema de conversación un poco estúpido. Realmente la gente siempre hablaba del tiempo cuando no tenía ni idea de que hablar. Había perdido mi labia y mis dotes desde que me había vuelto un chupasangres.

OFF: No te preocupes, a todos nos pasa a veces xD

Fumo un poco de mi cigarro para luego expulsar el humo de mis pulmones, algo bueno de ya no ser un ángel es que puedo fumar sin problemas sin ser contra las reglas. Poder tener sexo con quien quiera sin tener consecuencias alguna. Ya soy otra. Quizás me parezco a como era de humana…. O quizás soy el completo opuesto de la chica que era antes…. De seguro que si, pues si no hubiera sido un ángel, para nada… seria todo lo contrario. Seria como mi mentor: un demonio con sed de venganza. Aun así debo estar serena.

La venganza es un plato que se sirve frio.

Algo que he aprendido a la mala, pero ya tengo alguna información, poca pero la tengo. Solo espero no ser reconocida en el hotel por LeBlanc, de lo contrario será mucho mas difícil todo. Sigo caminando por las calles disfrutando este placer de fumar un poco sin culpa. Pero me veo interrumpida por un joven que me pregunta si tengo fuego. Asiento dándole el encendedor que tenia en el abrigo. Lo quedo mirando y rio de manera irónica cuando me habla del clima.- ¿Ahora hablaremos del clima como fuéramos amigos? Venga agradece y nada mas.- le digo de manera arisca, no soy una persona de buenos amigos, pero aun así quería relajarme y dudo que la compañía de un vampiro sea buena idea. Pero quizás…

Venga lo siento, he tenido un día horrible en el trabajo. ¿Caminamos?- digo tratando de excusarme, quizás conocer a un vampiro me ayudaría a conocer mas a Demian de manera indirecta.

Me enciendo el cigarro rapidamente y devuelvo el mechero a su legitima dueña. Doy una calada al cigarro, con aires de satisfacción. Tan solo con una calada me siento aliviado. En cierto modo era un alivio saber que no podría morir de cáncer de pulmón como los humanos. El tabaco era algo realmente tóxico para ellos. Hacía un 80 años evitaba fumar, ¿que pensarían de un médico asicto al tabaco? Sin embargo, ahora podía fumar cuanto quisiera. Y sin embargo no se sentía igual. Era una sensación muy rara, como si fuera algo que me llenaba pero nunca del todo. Era como mascar chicle sin sabor.

- Guau. - No pude evitar sonreír traviesamente, ¿Le había molestado? No era propio de mí. - Menudos humos tienes. Espero no ser el único al que tratas de espantar de ésa manera. - No pude evitar soltar una carcajada. ¿Un mal día en el trabajo? No quería saber como era esa mujer en un día nefasto entonces. Bueno, sus motivos tendría supongo. Doy otra calada al cigarro. - Pero gracias igualmente. - Posiblemente no podría estar disfrutando de esa cigarro en ese preciso momento de no haberme encontrado con esa joven tan, taan divertida. No era como si me hubiera salvado la vida, pero teóricamente era algo parecido.

- Tienes suerte de que no sea especialmente rencoroso - DIje en contestación a su comentario. No me iban demasiado los lios, ¿qué sentido tenía buscarse problemas con la gente? Bastante insufrible era la eternidad como para encima echarse enemigos a los que odiar. Echo a andar , esperando que me siga. - ¿Viene señorita? - Los últimos rayos de Sol se esconden tras la multitud de casas. Ya podía sentirme más seguro. Durante el día era vulnerable, sin embargo de noche... La noche era mi aliada. - ¿Y que estabas haciendo antes de ese arrebato de ira hacia mi persona? - Digo con una mirada divertida. Me preguntaba si se picaría por lo que acababa de decir. Era divertido como podían llegar a reaccionar alguna clase de personas. Mientras camino sigo disfrutando satisfecho de mi cigarro. Tendría que ir pensando en comprar un mechero nuevo.

Le sonrió levemente cuando el joven me devuelve el mechero, el cual me guardo en el bolsillo de la chaqueta. Le doy otra calada a mi cigarro cuando le digo que se marche de mi vista, pues no tenia muchos ánimos para hablar, pero luego mi mente comienza a trabajar. Aun así cuando el chico me dice que no es rencoroso y que si acéptala la idea de salir a caminar le dedico una sonrisa.- he tenido problemas en el trabajo, mucha gente que no hace lo que debe…. Pone a cualquiera de mal humor- le comento tratando de disculparme para que no piense que venga mi arrebato contra el. Que le pudo tocar a cualquiera.

Asiento cuando me pregunta si es que iba con el a caminar. Le doy otra calada al cigarro mientras empiezo a caminar al lado del vampiro. Escucho su pregunta la cual me deja una risa en los labios.- Pensaba en el pasado, pero nada importante, mas un poco en el trabajo- digo mirando el camino sin mirar al vampiro. ¿Tu que estabas haciendo de día? Me refiero se nota a leguas que eres un vampiro y hace unos minutos recién los rayos del sol se han ocultado- comento mientras sigo caminando hablando sin pudor. Es algo de no tener alas y servir al cielo, puedo ser sarcástica y dura con mis palabras como yo quiera. Y debo admitir que me encanta la Roxanne de ahora.- Venga aun así discúlpame por hablarte así- le digo tratando de sonar un poco mas amable, con fin de ganarme su confianza y poder sacar algo de información sobre la debilidades de los vampiros o algo.

Sigo tranquilamente fumando de mi cigarro, despreocupadamente, y camino lentamente por la calle. Realmente cuando me habla de problemas en el trabajo, no puedo llegar a imaginarme de que podía tratarse. Había ejercido como médico particular durante unos cuantos años, no había tenido que tratar demasiado con gente del "trabajo". También era otra época, en aquella debías adaptarte a lo que se te pidiese. Ahora, tenían más... Libertad de pensamiento y actuación. Podías hacer lo que quisieras hasta cierto punto ya que se te iba a escuchar.- Hay mucha gente incompetente. - digo sin darle mucha importancia. Realmente estoy más concentrado en fumar que en otra cosa. La mayoría de personas de la época eran idiotas. Se notaba mucho, yo, que había vivido en dos siglos diferentes. Ahora la cultura había dejado de tener el valor que tenía hace 100 años.

Sonrío y suelto una carcajada sarcástica bastante brusca al escucharla. - Vaya, ¿tan evidente es? - digo haciendo una mueca. Si sabía que era un vampiro sería porque ella sabría de su existencia. - Bueno, ¿Y tú qué eres? Sorpréndeme. - A estas alturas ya poco podía asombrarme. Esperaba que al menos no fuese un cazador, no me había alimentado desde hacía días. No me encontraba en condiciones como para chorradas de ese estilo. Aunque realmente si lo que buscaba era hacerme daño, ya lo habría hecho. - Creo que es obvio lo que he hecho. Es jodido salir en días tan soleados como el que ha hecho hoy. - digo respondiendo a su pregunta, mientras doy otra calada al cigarro. Realmente no tenía porque ser obvio, mucha gente daba por hecho que podíamos exponernos al Sol tranquilamente siempre y cuando tuviéramos siempre nuestro talismán. Sin embargo, resultaba incómodo. Muy incómodo. - No te preocupes. Todos tenemos malos días. -  sonreí ligeramente, dirigiéndole la mirada a mi curiosa compañera. Un comentario mordaz no iba a quitarme mi habitual buen carácter.

Obviamente las mentiras salen de mis labios sin filtro alguno. No había estado en mi falsa empresa, únicamente me quede en mi casa tratando de pensar de cómo podría vengarme y los incompetentes de los investigador que me he aliado…. Es horrible tener que depender de mas gente. Es algo que me desagrada del todo… pero no me puedo arriesgar a que me descubran por el descuido de tratar de hacer las cosas por mi sola.- Eso esta mas que claro- le comento antes de darle otra calada a mi cigarro. Es obvio que estaba molesta, quizás no con la gente falsa del trabajo pero si con la gente que prometió ayuda y ahora nada.

Una pequeña sonrisa sale de mis labios cuando me dice si es que era tan evidente que fuer aun vampiro, pero para mi si lo era. Los vampiros eran la raza que mas desprecio por lo que hiso LeBlanc, pero aun así me es fácil reconocerlos. - ¿Qué soy? Pues supongo que no me libro de esa pregunta - comento levemente mientras le doy otra calada.- Soy un ángel caído- le digo sin mas filtro. No es algo que me avergüence del todo. es todo algo que ahora me permite hacer mas cosas, lo que agradezco del todo. pero sigo pensando que no era la mejor manera. Alzo la ceja cuando me comenta sobre los días soleados, lo que me extraña pues se que algunos poseen amuletos o algo que los ayuda con el sol.- ¿No has encontrado algún amuleto o algo? Conozco vampiros que tienen uno y si pueden salir con días de sol sin problema alguno- le digo sonriendo levemente intentando ganarme su confianza.

Ya quedo claro que yo he tenido un mal día, pero… ¿tu?. ¿ha sido mal día?- pregunto añadiendo a la conversación.

La mujer parecía estar de acuerdo conmigo. No sabía si realmente lo decía en serio o solo trataba darme la razón para agradarme. Tampoco me importaba mucho, era una simple desconocida. Quizás no la volviese a ver nunca. Nadie me lo aseguraba.

Su respuesta no fue para nada lo que me esperaba, sin embargo éso creó cierto interés en mí. - ¿Un caído? - Reí brevemente, mientras me dirigía de nuevo el cigarro a la boca. Ya poco más quedaba que el filtro, por lo cual le debían de quedar tan solo unas cuantas caladas más. - ¿Y qué hiciste para cabrearles y que te cortaran las alas? Debiste ser muy mala. - Lo dije casi en tono de humor, buscando picarla, aunque más bien sentía curiosidad. Beth también había sido un ángel, y sabía que no necesariamente había que ser mala para que te exiliaran. Solo tenías que tener ideas propias y querer tener una vida que no sea conforme a lo que ellos esperan.

- Podemos salir a la luz del sol si tenemos el amuleto, pero éso no quiere decir que no sea molesto. Yo evito salir en días calurosos y muy soleados. Aunque hay vampiros con más aguante a estas cosas que otros. - Eché el humo del cigarro tras decir ésto. Me preguntaba a que venía el interés de esa mujer. Parecía esconder más de lo que aparentaba. Esperaba no estar equivocándome contando todo ésto a esa desconocida, por mucho que pareciese saber ya, ¿Cuáles podían ser sus intenciones?

Ante su pregunta, sonreí mirándola de reojo. Realmente pocos días eran buenos, pero ella no tenía porque saberlo. Ahora realmente estaba mejor, volver a París me había sentado mejor de lo que esperaba.- No he podido salir, así que se podría decir que sí, ha sido un día malo. No es agradable para mí pasarme el día encerrado en la oscuridad. - Éso se contradecía a todo lo que éramos los vampiros, seres que adoraban la noche y las tinieblas. Sin embargo, yo era la excepción que confirmaba la regla de que no a todos los vampiros nos gusta vivir en las sombras.

Le sonrió al vampiro como se tratara de un orgullo ser un ángel caído, pues lo era después de todo. no era una chica hecha para ser un ángel después de todo. me encanta poder tener mis propias reglas y hacer lo que yo quiera cuando quiera. Tiro el cigarro lejos ya apagado cuando me pregunta que había hecho para terminar como era ahora. Bastante simple, me acosté con uno de los tuyos… y me desterraron por enamorarme. Así de simple. Además el idiota del LeBlanc solo buscaba la diversión de una noche. Nada mas- digo con rencor cargado en mi voz. Solo decir el apellido me molesta del todo. es estresante. Quizás si las cosas se hubieran dado de otra manera todo hubiera sido distinto. Pero ya no era el caso.

Escucho como el vampiro me comenta que si puede salir al sol, pero le resulta molesto andar con un collar al cuello como un perro de casa. Por lo que asumo que en el caso de Demian es igual. Debe salir de día, cuando es necesario. Se que el odio ser llamado como un perro o al menos tener algún distintivo como una mascota.

Al parecer ambos hemos tenido un día malo.- comento riendo levemente tratando de sonar tranquila, como si fuera la conversación de lo mas inocente.- ¿Has pasado todo el día en una habitación o algo por el estilo? ¿ninguna novia con la cual entretenerte en tu cuarto al menos?- pregunto de la manera mas irónica, sin importar mucho si es que me contestaba aquello o no. no quiero saber su vida personal y dudo que el quiera contárselo a una extraña ¿ o si?

No pude evitar reírme cuando escuché de quien se trataba el hombre con el que había mantenido relaciones. Di una breve calada al tabaco. - ¿LeBlanc?, ¿Te acostaste con el dueño del hotel? Vaya, yo que siempre había pensado que ese hombre erasimplemente un carcamal. - La situación me resultaba graciosa, quisiera a o no. Había estado engañado todo ese tiempo al parecer. Siempre había creído que el propietario del hotel era un hombre muy anciano, no un vampiro... Tampoco es que me interesara, no le había visto y por mí podía seguir así. - Por cierto, aún no me he presentado. Soy James, ¿Con quien tengo el placer de hablar? - No podía dejar de lado mis modales de caballero inglés, incluso un siglo después solía costarme adaptarme a la nueva era y dejar atrás todo aquel refinamiento.

La mujer escuchó como le contaba todo, pero sin embargo no contestó. Tal vez tan solo me había imaginado que hubiese un motivo oculto detrás de toda esa conversación.

Sonreí, mientras soltaba el cigarro consumido, cayendo al suelo. - Nunca se me ha dado bien conservar las novias. - Realmente carecía de interés para mí, a pesar de que en ese momento no creyese lo mismo. Ahora Beth ocupaba gran parte de mis pensamientos. - ¿Tú tienes más suerte que yo en ésto, o somos dos? Quitando lo de... el señor LeBlanc, claro - Supuse que tal vez ella tuviese más habilidad en ello, muy difícil no era. Sin embargo tal vez tan solo era una intuición.

No puedo evitar reírme con el cuando le cuento mi historia e por que termine expulsada del cielo. Lo quedo mirando cuando me pregunta si es que era el dueño de aquel hotel.- En ese entonces estaba huyendo de parís, nos conocimos en Paris de hecho, y después el idiota volvió a Paris como si nada hubiera pasado- digo tratando de contener la rabia. Solo mencionar aquella noche hace la que sangre me hierva como si nada. Me frustre y las ganas de venganza sean aun mayores.- No es simplemente eso. Pero el pasado pasado- comento sonriendo tratando que ahí quedara aquel tema, sin mucha mas explicaciones de la que había mencionado.

Escucho como me dice su nombre, sin su apellido. Le doy una sonrisa.- Roxanne- le digo sonriendo tratando de ser amable.

Dejo escapar un suspiro cuando me dice que no se le dan mucho lo de las novias y la pregunta se volvió reciproca.- Unos que cuantos a costones… pero nada muy serio- le comento mientras saco la cajetilla para fumar otro cigarro. Le paso la cajetilla al vampiro esperando que sacara uno y siguiéramos con la caminara, pues dentro de todo estaba interesante aquella conversación con “James”